Mariano Otamendi es productor agropecuario y fundador de Aapro Trigo (Asociación de Productores de Trigo). En diálogo con Región Atlántica se refirió al sector triguero, los mercados, estimaciones para la próxima campaña y la aprobación del trigo transgénico HB4:
Sobre las expectativas de la próxima campaña en materia de área de siembra, Otamendi opinó: “Las expectativas de siembra para esta campaña dan una reducción de área de entre el 6 y el 8%. Esto tiene dos explicaciones: por un lado, la intervención del Gobierno que tiene cerradas y manipuladas las exportaciones; por otro lado, lo que en “A todo trigo” denunció el Lic. Enrique Erize, sobre el espurio manejo de los valores FOB, muy por debajo de lo que son los valores internacionales. Él mencionó que ya se habían anotado declaraciones juradas por venta de trigo de más de 8 millones de toneladas a un valor FOB ridículo, que implica una menor recaudación vía retenciones para el Estado.
El productor está viendo un menor precio de lo que le están ofreciendo por el trigo a enero para la próxima campaña. Se va a sembrar menos porque el productor, sobre todo en el Sudeste, compara los rendimientos de la cebada y de la ecuación cebada- soja de segunda. Cuando ve que por la cebada le están pagando lo mismo que el valor del trigo, con rindes mayores y con una posibilidad de soja de segunda con mayor rendimiento, claramente piensa para qué sembrar algo que está siendo manoseado, se dedica a algo que está libre y, por ende, va a sembrar más cebada”.
“Tenemos otro agravante, según lo que estamos viendo en los grupos de productores, que es que del área de fina están destinando un 25 o 30 % a trigo y el resto, un 70%, a cebada. Pero, además, esa área de fina se está reduciendo drásticamente porque en nuestra zona se está generalizando la siembra de maíces tardíos en reemplazo de soja, ya que la soja de primera en nuestra zona no tiene buenos rindes. Estamos viendo que los maíces de fines de noviembre están teniendo rindes muy buenos, y esa área impide hacer fina arriba de ese rastrojo, con lo cual disminuye el área de fina y hace que crezca la siembra de cebada”.
En referencia a los costos, Otamendi agregó que “Los que hacemos trigo pan para la molinería, que tiene que tener 26 de gluten, necesitamos altos niveles de fertilización para conseguir buena proteína. La gente piensa que, este año, con los costos que tienen los fertilizantes, se inclinará por hacer cebada forrajera porque lo que se busca es rinde y precio. No hay que culpar al productor, es el contexto macro y el político el que lo lleva a tomar esas decisiones”.
Con respecto a la aprobación del T4 (trigo transgénico), explicó: “Si no estuviese esta brutal intervención en el mercado de trigo, y el productor supiera que podría estar vendiendo trigo a enero a 430 o 440 dólares, solito estaría aprovechando esta oportunidad que le da el mundo. No necesitamos, como dijo Lestani, aprobar un evento para aprovechar la oportunidad que da Rusia- Ucrania. ¿Cómo es?, Por un lado, me estás mintiendo y no me estás informando de la realidad del mercado, con lo cual claramente aumentaríamos el área si no fuera por tu intromisión, pero me decís que me vas a liberar un evento con muchos problemas asociados atrás, para aprovechar el momento del mundo. No me dejas exportar, no me decís la realidad del precio, ¿y me decís que tengo que usar esta semilla porque con ella vamos a aumentar la producción? No sé si hay que tomarlo a la risa…
Por otro lado, este evento de HB4 fue analizado durante el año 2017/ 18 y todos los participantes de las cadenas mostraron su total rechazo a la generación de este evento porque no se tenían ni se tienen datos del verdadero impacto que tiene este trigo en zonas de sequía en cuanto a mejoramiento de rinde. Monsanto, ya en los `90, había tenido eventos tecnológicos de adición de genes, y el mundo dijo que no se compraba trigo genéticamente modificado porque es alimento directo humano…”.