Para conocer el presente de la producción regional de la fruta en el sur de nuestro país, entrevistamos a Marcelo Loyarte, integrante de la Cámara de Fruticultores Integrados de la República Argentina, en el Alto Valle de Río Negro.
Para abordar la situación y hacer un balance, describió: “Es un año muy raro, para nosotros el mercado de Rusia es clave y la invasión de Rusia a Ucrania encendió una alarma extraordinaria porque los primeros cuatro barcos de la temporada iban en el agua cuando estalló el conflicto. Esto nos preocupó mucho y fue el tema central de la temporada porque no se sabía si la fruta iba a llegar a destino o no. Había mucha presión de los países europeos a las compañías navieras, que en general son danesas, para que las cargas no llegaran a Rusia. Finalmente, después de muchas gestiones, los barcos llegaron. Posteriormente, empezó una logística distinta, ya no desde el puerto de San Antonio sino desde el de Campana, con costos más altos y mucha menos oferta de barcos. Hoy estamos exportando el 30% de lo que hacemos habitualmente a Rusia”.
Rusia representa entre el 25 y el 27% del total de las exportaciones y es la principal plaza, según indicó Loyarte, “no solamente desde el volumen que absorbe sino porque financieramente, Rusia es un mercado que paga muy rápido y es una fuente de financiamiento habitual para la temporada”.
“Hoy, las empresas locales están tratando de reorientar la producción que no va para Rusia hacia otros países, por ejemplo, hacia Latinoamérica, destinando la fruta hacia la industria del jugo. En otro sentido, el resto de los mercados tuvieron demandas, pero el problema, como el de todos los exportadores, es el sistema logístico que se “desincronizó” después de la pandemia. Eso genera un costo o sobrecosto más la imposibilidad de cumplir a tiempo con el importador”, explicó.
Sobre el mercado interno, manifestó que «está resentido con la pérdida de poder adquisitivo y la inflación, y la demanda ha caído sensiblemente. Ha sido un año en el que ha caído el volumen productivo un 20 %. Se da una situación paradojal porque para el consumidor el producto es caro mientras que, para el productor, no le alcanza para cubrir los costos».
En cuanto a la mano de obra, Loyarte indicó que “es un tema complejo” y que “si no fuese por el flujo de trabajadores que llegan desde Santiago de Estero y Tucumán, no podríamos levantar la cosecha. Hoy compiten muchos los planes sociales, muchos trabajadores no quieren arriesgarse y deciden no ir a trabajar”.
Algunas necesidades para mejorar la rentabilidad de estas economías, según opinó Loyarte, son:
- Recuperar la competitividad de los precios. Tenemos un tipo de cambio que, con respecto a los costos en dólares, no nos ayuda. Los costos están a un dólar paralelo de 200 mientras que los precios están a un dólar oficial de 100.
- Hay que incorporar tecnologías tales como mangas antigranizo y plataformas, que son como carros que circulan entre las plantaciones y que permiten mayor productividad e incorporación de mano de obra de mujeres.
- La actualización de las selectoras para las plantas de empaque y la mejora de algunas plantas frigoríficas.