El Lic. Juan Luis Uccelli, consultor porcino de la Consultora JLU, analizó el panorama actual de la producción porcina:
“Cuando lo comparamos con el 2020, que exportamos casi 45 mil toneladas, estamos muy lejos. Esto tiene que ver con un atraso del dólar, por algo el Gobierno establece un dólar soja y delata que hay un dólar más lógico que el oficial. El cerdo está haciendo esfuerzos para poder exportar, pero los números no cierran. Creo que si tuviésemos un dólar más real, estaríamos exportando cantidades importantes sin descuidar el mercado interno, que es el más importante que tenemos”.
“En cuanto a producción hay algunos problemas, porque la sequía nos pegó. Los que dependemos del consumo del maíz y de la soja, se complica al haber menos.
Por otra parte, cuando se piensa en pequeños productores de pequeñas superficies que tenían sus cerdos y le daban su propio maíz, y que la sequía se lo sacó, estamos preocupados porque tienen que salir a comprar al mercado y no tienen la espalda financiera para hacerlo. En esto vemos una falta de presencia del Estado para que el pequeño productor siga produciendo y permaneciendo en la ruralidad. Lamentablemente, si no tienen para darles de comer, van a tener que venderlos y dejar los campos”.
Los precios han quedado atrasados: “Ni la carne de cerdo ni vacuna están haciendo que aumente la canasta alimentaria. A pesar de que se considera que la carne es algo cara, cuando la comparamos con otros productos como una pizza o una empanada y su valor, sigue siendo más barato comer carne”.
En cuanto a las perspectivas, el consultor opina que vendrían un mes y medio o dos de un panorama complicado, y que luego llegaría un segundo semestre más alentador para el sector porcino, aunque advirtió: “Hay que ver cuántos productores, en este mes y medio, son expulsados del sistema, y es lo que nos preocupa”.
En cuanto a las importaciones estamos mal porque lo que no tenemos son dólares y deberíamos importar las cosas que no tenemos, pero no las que sí tenemos como la carne de cerdo que producimos en cantidad. Cada mes, entre cinco y siete millones de dólares se envían al exterior para comprar carne de cerdo y en nada ayuda al consumidor. La diferencia la hacen los importadores, que son quince o veinte empresas, mientras que se afecta al productor y al consumidor”.
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