La isla Salina tiene 27 kilómetros cuadrados de superficie y unos 2500 habitantes -en su mayoría volcados a la actividad turística. Pertenece al archipiélago de las Eolias. Está enmarcada por el turquesa Mar Tirreno y por dos enormes volcanes que antiguamente daban a la isla el nombre de Didyme, que en griego significa «gemelo». De este paradisíaco rincón del planeta eran los antepasados del genio René Favaloro.
Según narran en el Diario La Nación «Favaloro construyó con Italia un vínculo entrañable. Amaba sus orígenes y hasta solía decir que era un “argentino siciliano”. Pero este pequeño punto insular, casi perdido en el mapa, no solo guarda las huellas de sus antepasados sino que constituye uno de los sitios del planeta, fuera de la Argentina, donde más se venera su figura y su legado«.
Allí, en Salina, hay una plaza en donde se colocó un busto en honor a Favaloro y su legado. Recientemente, «El alcalde de Leni, Giacomo Montecristo, señaló que la plaza será renovada y que la obra incluirá la reubicación y puesta en valor del busto de Favaloro que se encuentra frente al consultorio médico que también lleva su nombre».
Desde Región Atlántica dialogamos sobre este tema con el empresario Juan Taranto:

Según data en La Nación, acerca de la llegada de los antepasados de Favaloro:
«La naturaleza terminó por acelerar un proceso que las fuerzas económicas ya alimentaban en toda Europa: el éxodo del campo a la ciudad y del Viejo Mundo a las promisorias tierras de América. La Revolución Industrial llevó a los campesinos a reconvertirse en obreros en las nuevas metrópolis o a probar suerte en países en proceso de industrialización. Los pobladores de Salina no fueron ajenos a este fenómeno. La sangría fue imparable. “La isla nunca recuperó ni siquiera la mitad de los ocho mil habitantes que tenía a fines del siglo XIX que, en su mayoría, emigraron a Estados Unidos, Australia y Argentina”, comenta Doménico Arabia, alcalde de Santa Marina Salina.
Junto a varios de sus parientes, Girolamo Favaloro partió del atracadero de Santa Marina Salina lanzado a la aventura de ultramar con el alma en la mano en busca de cambiar la suerte. En esos años, creció y se consolidó la relación de Girolamo con Rosa Lázzaro, también originaria del archipiélago eolio. La esperanza que compartían tenía como alimentos el amor y el compañerismo cultivados en ese tiempo en el que había que capear el agrio sabor del desarraigo. Seducidos por el prodigio de La Plata, una urbe fundada apenas una década atrás con aires europeos, ilustrada, moderna y saludable, la eligieron como el lugar donde echar sus raíces. Allí todo estaba por hacerse.
Hacia 1910, el censo nacional reveló que la mitad de los habitantes de La Plata eran de origen extranjero y un tercio de ellos, italianos. Los inmigrantes tuvieron una fuerte gravitación en la vida social de la ciudad: dieron vida a centros de fomento, clubes de barrio y bibliotecas que se erigieron en lugares de inclusión, solidaridad y contención. Los Favaloro tuvieron activa intervención en ese tipo de entidades ligadas a la italianidad. René Favaloro nació en La Plata, el 12 de julio de 1923.
RECONOCIMIENTOS (Fuente: La Nación)
«Según el currículum que publica la Fundación Favaloro, el cirujano fue ungido por el gobierno de Italia como commendatore de la Orden al Mérito en 1978 apenas 11 años después de que el 9 de mayo de 1967 saltara a la fama al protocolizar el injerto de derivación de la arteria coronaria cuya aplicación en los quirófanos de todo el mundo ha extendido la vida de millones de personas.
La trascendencia internacional de Favaloro lo llevó a recibir infinidad de propuestas laborales. Según Carlos Penelas, durante dos décadas responsable de las relaciones institucionales de la Fundación Favaloro, el cirujano consideraba a Salina como el mismísimo “paraíso terrenal”. En su libro Diario interior de René Favaloro, Penelas asegura que en la década del 80 resignó una propuesta para instalarse en la ciudad de Chieti, en el valle de Pescara, donde le ofrecieron una mansión y el compromiso de hacer a lo sumo dos operaciones por semana.
En noviembre de 1991, Favaloro fue nuevamente condecorado por las autoridades italianas con la categoría de Gran Oficial de la misma orden que le fue entregada por el presidente Francesco Cossiga.
En julio de 2005, miembros de la comunidad siciliana en la Argentina entre los que estaban Alberto Materia, Antonino Casella, Silvestre Gravagna, Filadelfio Oddo y Salvatore Giannone donaron a la Fundación Favaloro un busto de bronce realizado por la artista plástica Ana Zulema Soldano, también descendiente de sicilianos. Materia, que era originario de Santa Marina y un fervoroso difusor de la historia de Favaloro, fue uno de los encargados de trasladar la obra a Salina.
Así, el 9 de septiembre de 2005, las autoridades de las tres comunas de la isla inauguraron el busto del célebre médico platense a pasos del pequeño centro de atención ambulatoria de Leni, que tres años más tarde pasaba a llamarse Favaloro».
