Desde la ART Mutual Rural dialogamos con el especialista en Prevención, Marcelo Manes, quien nos hace valiosos aportes en prevención de riesgos de trabajo en el ámbito rural. En esta oportunidad abordamos los puntos a tener en cuenta en la producción ganadera:
A continuación repasamos los puntos más relevantes:
Tomando a las actividades relacionadas con las explotaciones bovinas, ovinas y equinas, las personas que trabajan en esta actividad, además de estar expuestas a los riesgos señalados en relación sobre el manejo de maquinaria, pueden sufrir accidentes relacionados con las instalaciones de las explotaciones ganaderas (golpes, cortes, resbalones, caídas).
Del mismo modo, los trabajadores de este sector están expuestos a los riesgos específicos a causa del contacto habitual con los animales como son: los golpes, las embestidas o los aplastamientos, así como al contagio de las enfermedades que padecen (zoonosis: enfermedad o infección que se da en los animales y que es transmisible a las personas en condiciones naturales, por ejemplo brucelosis) y también otras afecciones relacionadas con los contaminantes biológicos (virus, bacterias, hongos, etc.).
Entonces podemos citar:
– Caídas por suelo en malas condiciones.
– Accidentes fortuitos durante el manejo de los animales (que pueden suponer caídas, aplastamientos, pisotones, etc.).
– Contagio de diferentes enfermedades. (tuberculosis bovina, brucelosis, hidatidosis, etc.) transmitidas por el ganado.
– Sobreesfuerzos por el manejo de equipos. (frecuencia de manejo o excesivo peso de los mismos)
– Iluminación inadecuada del recinto.
– Sobreesfuerzos durante el traslado y manejo de los animales.
– Exposición a temperaturas extremas.
– Precariedad de las instalaciones.
¿Cómo podemos prevenir estos riesgos? Diez puntos para tener en cuenta:
1. Separar las instalaciones de los animales de las viviendas, puesto que su proximidad aumenta el riesgo de transmisión y contagio de enfermedades. Formación de los operarios en el manejo de cargas.
2. Tener en cuenta las medidas de seguridad estructurales en el caso de efectuar cualquier modificación: ampliación de los establos, aberturas en las paredes, construcción de entre pisos, por ejemplo, los cambios deben hacerse según un proyecto establecido y siguiendo las instrucciones de un profesional que garantice la seguridad de las reformas.
3. Colocar rejillas en los canales de drenaje de las deposiciones de los animales, con el fin de que el suelo sea homogéneo y se eviten desniveles que puedan provocar accidentes. Del mismo modo, la superficie del suelo debe ser rugosa para garantizar que el tránsito de las personas y de los animales sea lo más seguro posible, ya que la humedad de las deposiciones junto con el forraje alimenticio favorece el riesgo de resbalones y caídas.
4. Establecer normas de mantenimiento estricto con respecto a los elementos metálicos de la instalación: en caso de deterioro, normalmente oxidación, hay que repararlos de inmediato o bien sustituirlos por otros de plástico o acero inoxidable que no sean susceptibles a la corrosión. La composición química de las deposiciones y la humedad ambiental favorecen la corrosión, aumentando la gravedad de los accidentes. Un ejemplo de ello es la posibilidad de contagio del tétanos
5. Procurar una buena conservación de las instalaciones y la maquinaria destinada al ganado (establos, silos, estercoleros, tanques de semen, maquinaria de ordeñe, etc.); de este modo se mejoran las condiciones de vida de los animales y el rendimiento de la explotación, al igual que se disminuye el riesgo de accidentes.
6. Limpiar y desinfectar las instalaciones de los animales con frecuencia, estableciendo un calendario que ayude a cumplir esta medida, con una periodicidad que se fijará en función de las dimensiones de los establos y el volumen de “suciedad” que se genere. Cuanto más limpios estén los establos y los corrales, menor producción de olores, menos presencia de moscas y parásitos y menos probabilidad de que las personas que trabajan en ellos contraigan enfermedades infecciosas. Mantener limpias las instalaciones ganaderas es condición indispensable para prevenir el contagio de enfermedades.
7. Acumular el menor volumen posible de estiércol y redistribuirlo en el campo lo antes posible. Esta medida, al igual que la anterior, favorece que haya una menor exposición a los contaminantes biológicos que subsisten en las deposiciones de los animales. Del mismo modo, se deben emplear procedimientos de trabajo mecánico antes que los manuales en la manipulación de estos últimos.
8. Jamás se deben ingerir alimentos o bebidas, ni fumar, cuando se realizan tareas que implican contacto con los excrementos de los animales (limpieza, redistribución, transporte, eliminación…) y hay que extremar la higiene personal al terminar estos trabajos, sobre todo la limpieza de las manos.
9. Tratar bien a los animales y mantenerlos limpios y sanos; los animales enfermos deben separarse del resto. Hay que cumplir estrictamente con las campañas de vacunación correspondientes, así como respetar los periodos de cuarentena cuando entren animales nuevos en la explotación. Igualmente, hay que exigir la cartilla sanitaria cumplimentada cuando se compra un animal nuevo. Procedimiento de actuación durante el manejo de los animales: inmovilizado previo del animal, atado del mismo, mecanismo de atado.
10. Usar los equipos de protección individual recomendados para el ejercicio de los distintos trabajos que se realizan en el sector ganadero: ropa de trabajo que cubra todo el cuerpo; guantes; botas de agua; gorro o visera y mascarilla en el caso de tareas que impliquen contacto con las deposiciones.