En el kilómetro 162, a la vera de la Ruta 11 se encuentra el almacén “El nuevo descanso”. En el Partido de Chascomús, casi en el límite con el Partido de Punta Indio, se erige este boliche testigo de la historia local y de tantos viajeros que se detuvieron a comprar.
Ofelia Ramos es docente rural, pero sobre todo es la descendiente de los fundadores de este almacén, ya que son sus abuelos los que se hayan al frente del mismo: “Actualmente se hizo cargo mi papá, pero la historia del almacén El descanso data del 1900, que antiguamente se encontraba en lo que era Partido de Castelli, del lado oeste del puente, cuando el puente aún no existía ni la Ruta 11 estaba asfaltada. En aquel entonces, el dueño era Miguel Bova, hasta que aproximadamente en el año 1948 llegaron los Ramos a trabajar en el almacén. Mi bisabuelo, Pedro Ramos, se puso al frente, arreglaron un alquiler”, cuenta Ofelia sobre la historia de los primeros años.
Con respecto a cómo era la vida en aquellos años, ella narra: “Se realizaban carreras cuadreras, se jugaba a la taba o a los naipes. Obviamente, no existía la electricidad. El almacén era un quincho de adobe y paja”.
“En el año `55, Pepe Miguens decide venderle un pedazo de tierra a mi bisabuelo, y fue entonces que comenzó a construirse “El nuevo descanso”, ya del otro lado del puente”- dice- “Era un ramo general, pero también un lugar de encuentro. Los clientes venían de las estancias y, cuando es época, también los pescadores”.

En la actualidad, muchos de esos usos y costumbres que tenían lugar en el almacén, se fueron dejando de lado: “Sobre todo los juegos se fueron cortando por cuestiones de seguridad, porque por ahí había algunos actos de violencia. Mi abuelo, que era ya mayor, era quien estaba al frente en ese momento, entonces se fue dejando”- explica Ofelia- “Y después con el tema de la pandemia también se fueron cortando algunas cosas como el despacho de bebida, porque antes era un lugar de encuentro para tomar una copa y se cortó totalmente, estuvimos a punto de cerrarlo, pero entonces se hizo cargo mi papá”. Ofelia cuenta que su papá, además, tiene como oficio ser pescador de río, actividad que heredó de su familia.
La estructura del boliche da cuenta de un espacio amplio, con un largo mostrador y las estanterías de madera, altas, originales, que se encontraban en el primer almacén “El descanso”. Hay, además, completando este pintoresco lugar, botellas antiguas, un escritorio de otros tiempos, balanza y otros objetos propios de otros tiempos.

Para la historia general, “El descanso” tiene un gran valor. Para la historia familiar de los Ramos, el valor es incalculable: “Los recuerdos de infancia son hermosos. Hasta el día de hoy nos reunimos en la casa de mis abuelos, que está detrás del almacén”, concluye Ofelia.