La historia de las instituciones hace a la historia de los pueblos, y en el caso de la Biblioteca Pública y Municipal “Manuel Vilardaga” esto es muy claro.
En algunos documentos data su creación en 1881, por gestión de quien fuera secretario del Consejo Escolar en aquellos años, el Sr. Manuel Vilardaga. No obstante se toma como fecha definitiva de fundación el 9 de julio de 1891 y es que, como en muchos proyectos, desde los primeros pasos hasta su materialización existe un camino a recorrer.
Manuel Vilardaga fue un inmigrante español que llegó en esa época, convirtiéndose en un gran precursor de la educación en el pueblo. Así comenzó a trabajar como secretario del Consejo Escolar y luego, la historia se inició llevando libros a las casas porque él quería que la lectura llegara a todos los hogares.
En cuanto a lo edilicio, la biblioteca comenzó a funcionar en la Escuela Nº 1, sede del Consejo Escolar de Ayacucho, luego se trasladó a una casita pequeña y muy antigua sobre la calle 9 de julio hasta que desembarcó en el edificio actual sito en calle 25 de Mayo Nº941, que conserva una fachada antigua pero que por dentro está remodelado.
Desde sus inicios, este espacio contó con la colaboración y trabajo permanente de las asociaciones cooperadoras hasta que en el año 1971 pasó a formar parte de la esfera municipal. No obstante, la asociación cooperadora sigue teniendo un rol fundamental en el sostenimiento de actividades dentro del mismo.
El proyecto de la Biblioteca comenzó con un pequeño pero importante catálogo y fue creciendo progresivamente en cuanto a sus actividades, contando actualmente con unos 70.000 libros y otros materiales de consulta. En este sentido Teresa Fuentes, Directora de la institución, contó que “Se conservan materiales antiguos específicos de la historia del pueblo y de la vida de la Biblioteca tales como el primer catálogo y antiguos documentos, como así también registros de otras instituciones de Ayacucho que se pueden consultar mediante una visita”.
Para mantenerse en el tiempo, este espacio social y cultural fue modernizándose y para eso se sumó a otras propuestas junto a otras instituciones del Partido. La biblioteca dejó de ser sólo un reservorio de libros para convertirse en una suerte de espacio de manifestación cultural múltiple por la cantidad de servicios y actividades que desarrolla: “Dentro de los proyectos se trabaja con el Hospital Municipal una vez por semana y está el espacio denominado ´Bebeteca´ para los más pequeños donde regala a los recién nacidos un librito a modo de incentivo, invitando a los papás a incorporar al bebé al mundo de los libros. También se trabaja con los abuelos del Hogar de Ancianos, denominado Tiempo de Escuchar, porque entendimos que esa es la necesidad en ese caso y durante el año trabajamos como cierre en la Maratón Nacional de Lectura en las escuelas, comedores barriales, etc.”, expresó Fuentes.
La labor que se hace con el Bibliomóvil en las escuelas rurales de Ayacucho, llegando a las zonas más alejadas; las veladas literarias nocturnas donde se conjugan las letras con la música; las mateadas literarias juveniles, el Proyecto de Pequeños Narradores y la iniciativa de “Biblioteca Humana”, con el relato de testimonios vivientes, son otras propuestas de esta institución que desde hace 130 años une a las generaciones de Ayacucho y la zona.