Pese a las expectativas favorables con respecto a la campaña de girasol 2020-2021, el escenario se ha visto complicado por cuestiones relacionadas a lo climático. El Ing. Guillermo Pozzi Jáuregui, Presidente de ASAGIR (Asociación Argentina de Girasol), nos dio su opinión al respecto:
“Yo no lo veo con tanta preocupación. Lamentablemente, para nuestros colegas del norte ha sido un año malo desde el punto de vista de disponibilidad de agua y eso hizo que hace unos días la Bolsa (de Buenos Aires) ajustara el área a la baja en 200 mil hectáreas. Ha sido una campaña muy seca, apenas una lluvia de unos 15 milímetros que permitió la siembra de 60 mil hectáreas cuando lo esperado era del orden de las 200 mil hectáreas o más en el Chaco. Yo creo que la superficie del Chaco no se recupera, que tendrán que analizar alternativas para pasar a maíz o algodón en el aspecto real. Creo que en el aspecto futuro tanto el INTA como las compañías están trabajando en el desarrollo de productos de una genética que se adapte más a una siembra tardía en el norte. Creo que en futuro habrá productos que hoy se están evaluando y que permitirán ampliar la ventana de siembra en el Chaco. Después nos queda el norte de Santa Fe, que aún está en condiciones de siembra y creo si llueve bien la siembra allí se podrá completar”.
En relación al presente y al futuro del cultivo, Pozzi Jáuregui opina “con la desgracia que tuvo el norte se abre una expectativa interesante, hay una realidad que es que en la nueva situación de derechos de exportación del girasol genera una opción de negocios que le permite recuperar una situación cercana a la que existía en el pasado. Se está pensando al girasol como una economía regional, que en realidad lo es. Esta reducción que se dio en el norte va a determinar un aumento de la demanda que, sumado a un perfil adecuado que tiene el derecho de exportación, sigue generando una alternativa muy interesante para los productores del centro y sudeste de la Provincia de Buenos Aires”.
Con respecto al cultivo de girasol en el marco de las condiciones climáticas, el Ingeniero expresa que “Hay una tercera que causa que también nos hace pensar en términos optimistas en cuanto a girasol ya que está pronosticado un año Niña y ya sabemos cuál es el comportamiento del girasol en un año así. El último año niña que tuvimos fue en la campaña 2017-2018 y el girasol fue el único que no sufrió, que llegó a entregar como resultado el valor promedio histórico de rendimientos que era muy bueno y logró que muchos productores tuviera un retorno adecuado de sus cultivos. Esto vuelve a recordar que el productor argentino debe tener una proporción de girasol en su portafolio agrícola”.