Cada vez más personas incorporan en sus dietas a los frutos secos, por un sinnúmero de beneficios y nutrientes que aportan al organismo. Pero, ¿cómo llegan a nuestra mesa? ¿De dónde provienen? ¿Cómo y dónde se cultivan? ¿En qué volúmenes se producen? ¿En qué condiciones y con cuáles características? Para responder estos interrogantes entrevistamos a Manuel Viera, Ingeniero y Coordinador de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza, quien nos ayuda a conocer esta economía regional.
Los frutos en volumen llegan desde su zona y cuando hablamos de producción lo hacemos sobre una inversión a largo plazo porque se trata de plantas añosas, ¿Verdad?
Sí, hablamos de plantas frutícolas, perennes. Por ahí el productor de las zonas de cultivos extensivos está acostumbrado a las siembras anuales y a la planificación de su campaña, mientras que en el caso de este cultivo o de otras producciones frutícolas hablamos de inversión que tienen que evaluarse en un ciclo de quince o veinte años, y que tienen su etapa de inversión que dura más de un año y más de una década para esperar a la plena producción de estos cultivos.
Por lo general los consumidores evaluamos lo que consumimos, el precio, en función de nuestros bolsillos y nos cuesta entender a veces todo lo que hay detrás de ese producto que llegó a la góndola. Lógicamente toda esta etapa de inversión tiene que ver con el precio final que alcanzan los frutos secos.
En eso hay que tener en cuenta que la de ustedes es una región especializada, que es un producto que no se da en todas partes, que tiene una logística, y seguramente también habrá alguna distorsión en la cadena…
Sí, por supuesto que hay distorsiones. Estamos hablando de un mercado que no está tan regulado y normalizado como otros sectores, en los granos existen las cámaras, los mercados internacionales, los precios pizarra. En nuestro caso se hace en relación empresa- empresa o productor- comprador y hay poca regulación, poca estadística y poca forma de saber cuál es el precio justo para cada eslabón, y ese es el trabajo que hacemos como Asociación, tratar de transparentar esa cadena, hacerla más eficiente para llegar con un valor accesible al consumidor y un valor factible para que el productor siga produciendo.
¿Cuántos productores se estima que habrá? ¿Es una producción concentrada o atomizada?
En Mendoza hay alrededor de 650 productores de frutos secos. Las especies más difundidas son, principalmente, el nogal; luego vienen el almendro y últimamente el pistacho está teniendo un desarrollo relativo importante porque aún son pocas hectáreas, pero hay mucha gente interesada y que ha invertido en este cultivo. Pero la producción principal de Mendoza, como ya mencioné, es el nogal en la zona de Tupungato (zona alta), Tunuyán y San Carlos. El almendro, por su parte, tiene su zona tradicional en zonas más protegidas de los fríos, en Maipú. En cuanto a la atomización, somos una provincia donde la mayoría de los productores están en los estratos que van de 1 a 10 hectáreas, y luego, para más de 30 hectáreas tenemos la mayor parte de la superficie concentrada en pocas explotaciones. A diferencia de La Rioja y Catamarca, que son provincias nogaleras tradicionales, que tienen muchas pequeñas familias y establecimientos nosotros tenemos establecimientos medianos.
¿Cuál es el abanico de frutos secos que producen?
Nueces, almendras y pistacho, como ya mencioné. Tenemos plantaciones en nuestra provincia de avellanas o castañas, pero no son relevantes. La zona de la avellana es el valle inferior de Río Negro, en inmediaciones de Viedma, con unas 500 o 600 hectáreas. Otro fruto seco importante en el país es el pecan, pero no se produce en nuestra zona, climáticamente necesita otras condiciones y se ha desarrollado en la zona del delta, en Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. En cuanto a castañas hay un poco, no somos un país productor de este cultivo.

En el año 2016 se habló de un Plan de Mejora de Competitividad, de relevamiento en la cadena de frutos secos. ¿Se ha avanzado en ello?
Iniciamos fuertemente con ese apoyo del BID, en el plan de mejora competitiva para la conformación del cluster de frutos secos en nuestra provincia. Se hizo un relevamiento extensivo a todo el país. En los perfiles, La Rioja y Catamarca tienen perfiles más tradicionales con variedades más tradicionales y criollas, adaptadas a su clima. Últimamente el desarrollo del nogal se concentró en la variedad Chandler, que es la que más se comercializa a nivel internacional y una orientación hacia la exportación. Argentina pasó de ser importador a ser productor de sus propias necesidades de consumo y exportador en la última década, con un perfil productivo orientado a Chandler, con un monte diseñado para cosecha semi mecanizada, con establecimientos para el secado y el procesamiento para exportación, de modo que ha cambiado la nogalicultura tradicional hacia un papel exportador.
Dentro de alguno de estos productos, ¿tenemos algún derivado o industrialización específica?
No a nivel masivo, no somos generadores de sub productos aunque sí hay experiencia a nivel local y nacional para la elaboración de algunos derivados. La almendra, por ejemplo, tiene un importante contenido en calcio lo que da la posibilidad de fabricar leche de almendras, queso de almendras, y a nivel de pequeñas empresas hay desarrollo, pero no a nivel masivo. Las harinas de almendras son relevantes y los aceites de nuez también.
Hay que tener en cuenta, además, que en el caso de las nueces tenemos excedente de exportación, pero tenemos un consumo interno elevado como fruta habitual, entonces cuesta competir con ese destino para elaborar sub productos. Lo mismo pasa con la almendra, de hecho, somos importadores de almendra desde Chile, que es nuestro principal importador, y también desde Estados Unidos.
¿Cómo está la economía del productor en estos tiempos?
El productor, hoy por hoy ha pasado de armar su proyecto con precios internacionales o de referencia mucho mejores de lo que hoy se está dando. Los proyectos estaban pensados para precios que venían subiendo y hoy los valores ya han empezado a estabilizarse en valores más bajos. Esto lo que hace es presionar, no sólo al productor sino a toda la cadena de procesamiento y comercialización, presionar a que logremos a ser más eficientes en lo que hacemos. En el caso de los frutos secos tenemos un actor muy importante y eficiente que es Estados Unidos, líder en exportación de nueces, almendras y pistachos, justamente los tres frutos secos que producimos en Mendoza, y ese actor eficiente genera situaciones de mercado que exigen ser muy competitivo en cuanto a eficiencia. Hoy el productor está llevando sus establecimientos a altas productividades para poder competir en ese marco, más pensando en una economía abierta donde tenemos que competir en igualdad de condiciones con Chile, estados Unidos, con Australia que es un importante productor de almendra también, y hace poco China que se hace presente con la importación de nueces, con lo cual sabemos que cuando China ingresa en un mercado lo que hace es presionar muchísimo sobre las eficiencias.
En este sentido, los aspectos comerciales son claves, los fletes internos también lo son, por eso no sólo el productor tiene que ajustar clavijas sino toda la cadena y el estado evaluar cada una de las cadenas para ver qué ajustes pequeños puede hacer para estos cultivos emergentes, como lo hizo recientemente con la reducción de las retenciones a la exportación para este tipo de productos.
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