En el Partido de Olavarría se encuentra la localidad de Espigas, una comunidad que asciende actualmente a unos 500 habitantes. Se halla a 80 Km de Olavarría y a 45 Km de Bolívar. En Espigas, una comunidad con impronta rural y de gran impulso, funciona el Centro Educativo para la Producción Total de la Provincia de Buenos Aires Nº 8. Por otra parte, algunos habitantes de la comunidad participan del grupo nacional Mujeres Rurales en Red.
EL CEPT Nº 8
Marina Schwerdt es la Directora de este establecimiento que funciona desde hace más de 30 años. Se trata de una propuesta educativa en alternancia que resulta beneficioso para las familias rurales al permanecer una semana en el Centro y 15 días en el hogar, recibiendo la visita de los profesores en los hogares: “Estas visitas no son sólo para controlar lo pedagógico y lo que se refiere a escuela sino que hacemos visitas sociales y recorremos las escuelas rurales, las otras comunidades, recogemos dudas, consultas y necesidades, y ayudamos en todo lo que podemos”, señala la Directora.
Noventa y siete alumnos provenientes de distintos distritos de la zona conforman la matrícula actual del CEPT, distribuidos de 1º a 7º, quienes reciben una enseñanza completa y orientada al escenario que habitan: “Desde la escuela fomentamos la agricultura familiar, trabajamos los entornos de una manera similar a lo que sería una escuela agraria, pero no lo hacemos de manera demostrativa. Promovemos que las familias tengan las producciones en sus hogares tales como cría de pollos y cerdos, huertas. Tenemos un proveedor de pollitos bebés y pollitas ponedoras que vendemos a las familias, también vendemos plantines, INTA nos trae semillas para repartir entre las familias y también tenemos un proyecto de cerdos para mejorar la genética, un plan donde se entregan cerdos y ellos, al año siguiente y cuando tienen su primera producción, nos devuelven. Esta es una forma de que las familias, aparte de tener el sueldo como empleado rural, puedan tener una actividad extra y que los chicos aprendan a través de esta producción”, cuenta.
En cuanto a la historia del CEPT Nº 8, su directora cuenta que en sus inicios funcionó en una casa de familia hasta que lograron tener edificio propio, hace más de veinte años. Además, narra que cuentan con las tierras del ferrocarril que fueron cedidos por la municipalidad. Allí tienen algunas vacas, cerdos, huerta y un galpón en el que se crían los pollos bebés.
La experiencia del CEPT hace que los jóvenes tengan aprendizajes diversos, muchos de ellos sobre la tierra y la preparación para un oficio y para el mundo del trabajo: “En el sistema de convivencia que lleva a compartir una semana completa se aprenden muchas cosas, más allá de lo escolar. Tiene que ver con los vínculos, el afecto, el compartir una mesa, la solidaridad, y el contacto que se tiene con las familias y que es muy diferente a lo que sucede en otras escuelas”.
EL GRUPO DE MUJERES RURALES
Agustina Esquiros es docente jubilada del Cept y también fue su directora. Fue una de las personas que hace casi treinta años vio levantar la escuela, cuando la comunidad decidió alquilar una casa antigua que había en el pueblo, frente al club para que fuese el edificio de la escuela. En aquel entonces la comunidad que salió en busca de una matrícula de alumnos por los alrededores y los primeros que se animaron fueron 18 chicos de San Bernardo, el Peludo, Blanca Grande y Espigas. Esquiros integra actualmente el grupo de Mujeres Rurales en Red, el cual surge de la iniciativa de una joven estudiante de Periodismo que por distintos motivos tenía contacto con diferentes mujeres de la zona y había hecho un trabajo sobre mujeres rurales: “El primer contacto que tuvimos fue en el 25 de julio de este año y había mujeres de Necochea, Bolívar, de Tapalqué, algunas de Corrientes, conformando un grupo muy variado. Cuando comenzamos a charlar nos dimos cuenta que compartíamos necesidades comunes y realidades comunes a pesar de estar en escenarios variados”- cuenta- “La idea fue encontrar soluciones a esas problemáticas tales como el acceso a la salud, la educación en el medio rural, la conectividad, estado de los caminos rurales y la seguridad en este medio. En cuanto a la salud, algunos pueblos o pequeños parajes no tienen siquiera un enfermero, ni hablemos de ambulancia o un médico. Nos sentimos realmente muy aislados y el derecho a la salud se ve muy vulnerado. En algunos municipios han logrado llevar enfermeros o tener algún médico itinerante, pero en otros partidos no y es como si hubiese un olvido. En casos de enfermedad, la gente trata de salir de la situación como puede. Que un remis se llegue hasta el puesto y te lleve a un centro de salud, es carísimo. Si no se acerca el sistema de salud al campo, para el puestero o el pequeño productor, es muy difícil llegar a la ciudad”.
Esquiros señala, sobre otra de las problemáticas: “En el campo es muy difícil tener internet o tener buena señal, y el problema afecta mucho más allá de la educación. Por ejemplo, en el encuentro virtual que tenemos entre las mujeres rurales empezamos la reunión y somos veinte, una en el molino tratando de tener señal, la otra en una tranquera, etc., y empiezan a desaparecer o a perder conexión justamente las mujeres que más necesitan ser escuchadas y poder contar sus realidades”.
Para participar de este grupo se puede visitar el sitio de Facebook Mujeres Rurales en Red. De esta manera podrán contactarse para empezar a compartir experiencias, intercambios y soluciones para las problemáticas que se presentan a diario en el ámbito rural.-