En el Partido de Pergamino se encuentra La Violeta, localidad que se encuentra a unos dos kilómetros de la Ruta Nº 51. La ciudad más cercana, a 8 km., es Pérez Millán, en el partido de Ramallo, adonde se llega recorriendo 31 km mientras que, para llegar a Arrecifes, es necesario recorrer 33 km. El acceso pavimentado que une las rutas Provincial N° 51 y Nacional N° 188, es de 20,5 km. y de allí a Pergamino hay otros 28 km.
Diversos caminos de tierra unen la localidad con Conesa (partido de San Nicolás), Pujol, Manantiales, Urquiza, Santa Lucía (partido de San Pedro) y Acevedo. La Violeta es la localidad más alejada de la cabecera del partido; no obstante, ello no ha conspirado contra su progreso y evolución.
Para conocer más sobre este lugar que el 11 de noviembre de 2021 celebrará sus 110 años, dialogamos con Marcela Luján Amori, quien se desempeña como personal auxiliar en una de las instituciones educativas de la ciudad, la Escuela Secundaria Nº 8, y que tiene el mérito de haber escrito el libro “La Violeta. Cien años de historia” en el año 2011.
“Nuestro pueblo está relacionado totalmente con el agro, con la hacienda y tenemos una fuente de trabajo que es muy linda: la Cooperativa Agropecuaria. Ésta lleva más de cincuenta años dedicándose al agro y a la venta de insumos, mutual y seguros”, cuenta Amori.
Unos mil habitantes transitan las tranquilas y pintorescas calles violetenses. Ellos, en el caso de ser necesario, se pueden trasladar hacia el Partido de Ramallo, al Partido de Arrecifes o hacia el propio Pergamino, debido a la proximidad que tiene con estos tres lugares. Si no, desarrollan sus actividades en su localidad, concurren a las diversas instituciones y hasta se animan a pasar un rato en el tradicional Club Central Córdoba, entidad social y deportiva que cuenta con cancha de bochas, paddle y fútbol, actividad que los llevó a participar en la Liga Rural de Pergamino.
Una de las fechas principales de celebración en la comunidad se da el 16 de julio, cuando se agasaja a la Virgen del Carmen, patrona de la localidad; la otra se da cada 11 de noviembre, cuando se festeja un año más desde la fundación de La Violeta.

Amori echa mano en sus investigaciones, aquellas que debió realizar para narrar su libro: “A raíz del paso del ferrocarril, en 1908, fue que surgió el pueblo. La Familia White donó lo que era `el bajo´ de sus campos para que pasara el ferrocarril, con la condición de que la estación debía instalarse en donde ahora está el pueblo, y que tenía que llamarse La Violeta. Pudimos dialogar con una sobrina que nos dijo que probablemente el nombre se debió a que los alambrados del campo estaban adornados con flores violetas, estilo lavanda. Otra teoría era que había un familiar que se llamaba Violeta, pero fue descartado por la sobrina de White. Lo más probable es que sea por las flores, porque todavía si uno recorre los campos quedan flores violetas”.
El pueblo tuvo momentos de mayor auge, en los que llegó a tener casi tres mil habitantes y un gran despliegue comercial. Es así que, tanto en la página del municipio como en las antiguas guías del ferrocarril que hacen referencia a este rincón pergaminense destacando la existencia de once almacenes, tres fábricas de carros y carruajes, cinematógrafo, sastrería, restaurantes, hotel, fondas, dos médicos y mucho más: “Había mucho más, pero la gente se empezó a ir”. Los motivos son repetidos en varios puntos de nuestra geografía: los jóvenes, sobre todo, migran para estudiar o para trabajar, buscando nuevas oportunidades, y casi nunca regresan.
El ferrocarril, impulsor de La Violeta, poco a poco perdió su protagonismo. El tren de carga es el único que pasa de vez en cuando, con un ramal transitable, aunque el de pasajeros ya no llega. En cuanto a la estación, Amori narra con orgullo que “una vez recibió un premio a nivel nación por ser la estación más prolija. Hoy se mantiene muy linda, no está como antes porque solamente vive una vecina, pero el edificio está igual”.

La descripción de La Violeta se completa con la existencia de una sala de primeros auxilios para atender las necesidades inmediatas en materia de salud como así también la presencia de instituciones educativas como la Escuela Primaria Nº 9, la Escuela Secundaria Nº 8, una institución para educación para adultos y el Jardín de Infantes Nº 906 “Niñas de Ayohuma”. Los servicios están cubiertos, a cargo de la Cooperativa Eléctrica, Servicios Públicos, Vivienda y Crédito de La Violeta Ltda. que provee de energía eléctrica, agua potable, Internet, telefonía y además posee ambulancia de traslados, aula satelital, ortopedia, nichos, servicio de sepelio y fábrica de columnas y premoldeados.
Como dicen algunos habitantes, en La Violeta “no son muchos” pero los que están disfrutan de una vida apacible y tranquila, con la fortuna de tener grandes ciudades a pocos kilómetros por si se necesita algo que no hay en el pueblo. No son muchos, pero cuentan con todos los servicios. No son muchos, pero tienen una hermosa historia para contar y un futuro que siempre está dispuesto a florecer.