Fabio Schneider es productor lechero e integrante de la Mesa de la Lechería en Entre Ríos. Desde Región Atlántica dialogamos con él sobre diferentes temas referentes al sector:
Han manifestado la necesidad de encontrarle la vuelta al pequeño productor tambero que hoy enfrenta varias circunstancias, una es la cuestión del bajo precio y las liquidaciones a largo plazo, este cierre de exportaciones de vaca conserva que les afecta y qué hacer al respecto…
F.S: El panorama es desolador y hay un dato estadístico muy duro, que se uno va a la década del `80 teníamos 5000 productores tamberos y hoy quedan menos de 800 en la Provincia, si bien es una tendencia en el resto del país, la situación de aquí es muy marcada.
En una entrevista Usted proponía encontrarle una vuelta vendiendo como se hacía en otros tiempos de vender en tranquera de tambo, de manera profesional y con los controles. Peo me gustaría que nos describa el panorama en el cual se encuentran…
F-S: Hoy el productor está cobrando $28 y la línea histórica en la que se cubren los costos y comprar algo que necesita, hace rato que no la vemos. Hoy, volviendo a los valores históricos, tendríamos que cobrar a tranquera de tambo entre 40 y 45 pesos el litro de leche por lo que aumentó el maíz y el resto de los insumos, porque todo está dolarizado en el tambo. Por más que la vaca coma pasto, ese pasto necesita fertilizantes, insumos, ordeñadora, los repuestos cotizan en dólares y los alimentos balanceados también son commodities y cotizan en dólar. En fin, estamos bastante lejos de tener un margen de rentabilidad.
Y este sistema, más allá de que le volumen de venta sería diferente, permite mostrarle a la gente qué puede hacer con esa leche, cuánto paga, el rendimiento, etc.
F.S: Exacto. Siempre le digo al consumidor que se tome el tiempo de ir al supermercado y ver la leche entera, la larga vida, la premium y verá que en la etiqueta dice 3% de grasa. Todos los tambos en la Argentina estamos entregando leche con 3,8 % 0 4,2 % de tenor grasa, con todas las vitaminas y lo natural que tiene la leche, con rodeo saneado y libre de tuberculosis, y con todo en reglamento porque si tenés una vaca enferma, clausuran el tambo. Siempre digo que cuando vinieron unos familiares de Buenos Aires al interior, la única forma que podían tolerar la leche era agregándole un litro de agua a un litro de leche de campo, no podían creer que era tan espesa. Yo no digo que la industria la adultere, pero el proceso industrial que le hacen la modifica. Por qué le dicen leche entera cuando del campo sale con mucha más grasa y beneficios, pero al consumidor no llega porque el código alimentario lo establece así. El mismo código es el que nos prohíbe a los productores vender cuando viene un vecino a comprar leche, porque la diferencia es enorme y el rendimiento es mayor. El litro de leche que el productor le entrega a la industria, le rinde por dos prácticamente por todos los derivados que saca.
El código alimentario es del año 1969, y con todo lo que la gente está viviendo en esta crisis económica, ¿por qué no destraban al menos transitoriamente un amparo legal para poder vender leche a quien venga a comprarla sin miedo a una demanda judicial? Hoy por hoy la única forma de vender leche es a una industria, la ley no nos permite hacerlo de otra forma, somos rehenes en ese sentido.
Me han venido a ver desde comedores para comprar leche y me piden que se las facture, y no se puede porque a pesar de estar en regla no puedo facturarles leche fluida. Uno piensa que a esta gente la leche le rinde más, que a mí me serviría para sacar un pesito más que tanto nos hace falta, y a ellos les saldría la mitad de lo que pagan en góndola. Entonces, preocupémonos por el hambre de los chicos y hagamos algo…
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