María Grande es un municipio del distrito María Grande 1° del departamento Paraná en la provincia de Entre Ríos, República Argentina. El municipio comprende la localidad del mismo nombre y un área rural. Se encuentra ubicada en el sector centro-oeste de la provincia. En este lugar se encuentra el Museo de la Maquinaria Agrícola, haciendo homenaje a la prolífica actividad agropecuaria del país, pero sobre todo de esta zona. Para dialogar acerca de este lugar entrevistamos a Ángel De Ángeli, uno de los impulsores del Museo:
«Esta zona es agrícola- ganadera, fundada con el paso de los primeros rieles de vías en 1904. Cuenta la historia que María Grande era un lugar alto, adonde no quedaba el agua y ahí se afincó la gente, pasaron los rieles los ingleses y ahí empezó María Grande, que hoy tiene unos 15 mil habitantes», así describe De Ángeli, dando un primer pantallazo a la historia lugareña.
María Grande es tierra de productores y tierra de inmigrantes, trabajadores que pusieron su hombro para que el país creciera. Su nombre, según refiere De Ángeli, tiene su origen en Juan de Garay (quien fue el primer español propietario de estas tierras). Éste tenía dos hijas, ambas de nombre María, y en honor de la mayor se bautizó al pueblo como María Grande.

Tanto la familia materna como paterna de Ángel se dedicaron desde principios del siglo pasado a la trilla, configurándose como contratistas rurales que luego supieron transmitir la pasión y la tradición a todas las generaciones siguientes. Es por eso que hablar de máquinas, de cambios en la tecnología y del campo con todas sus vicisitudes, es algo común para él: «Mi abuelo contaba cada historia de la trilla y de la gente, que venía a pedir trabajo dos o tres días antes de empezar la cosecha. Llegaban desde 200 ó 300 kilómetros, se quedaban para ver si necesitaban algún operario y les daban la comida, la casilla, y ellos traían su «mono», las pilchas», grafica. Eran estos tiempos de emparvar y de hacer gavilla ( Conjunto de ramas o tallos unidos o atados por su centro, más grande que un manojo y más pequeño que un haz), actividad que ya no se realiza porque ha sido reemplazada por la carga a granel: «Había que manejarlo con horquilla, pasaba la cortadora empujada por caballos en el trigo, iba largando los atados como un manojo de acelga grande, se ataba el trigo con hilo sisal y luego había que saber emparvarlo para que, cuando lloviera, que el mismo trigo hiciera de canaleta para que el agua no entrara a la parva y que al mes o mes y medio, cuando estuviera bien maduro, eso no estuviera «amocosado» y no hubiera perdido calidad el grano. Era todo una ciencia».

En cuanto al Museo de la Maquinaria Agrícola, De Ángeli se refiere a cómo fue cambiando la manera de realizar el laboreo en el campo, desde que se realizaba la trilla con caballos hasta la actualidad: «Cuando llegaron los tractores a vapor tirado por bueyes y la trilladora, fue un avance tecnológico muy grande, y fue avanzando de tal manera que hoy en día el trabajo lo realiza un solo operario, cosechando un montón de toneladas por día», dice.


Actualmente, hay una gran cantidad de maquinaria que forma parte del patrimonio de quienes están armando el Museo. De Ángeli cuenta que, quienes anden por María Grande, pueden ubicarlos y solicitar ver las herramientas y maquinarias, aunque todavía no tiene su sede armada. Ellos, según menciona, hacen anualmente en el mes de septiembre una muestra de maquinaria en la Sociedad Rural de María Grande, aunque en los últimos tiempos esta actividad estuvo frenado por causa de la pandemia. Asimismo, De Ángeli menciona que está en los planes crear el Museo en un predio próximo al ferrocarril y que el municipio ha destinado a tal fin: «Con una hectárea no nos alcanza, por la cantidad de maquinaria que hay. Están todas restauradas y con el nombre de la máquina, año de fabricación y a quien perteneció, y hasta una descripción de la misma». Enfardadoras de mitad del siglo XIX, cosechadoras, trilladoras (una de 1908 y una de 1917), máquinas de corte y trilla, un tractor que data de 1923, muchos ejemplares con ruedas de hierro, son algunas de las joyas que esperan ser admiradas por los visitantes que se acerquen a María Grande, sobre todo aquellos apasionados por lo rural y por la historia productiva del país.
