Las historias de Iriel Fontela (19) y de «Bocha» López (87). Entrevistas que causaron emoción en nuestro programa. Además del valor de la mujer de campo, demuestran la Argentina posible.
Cada 15 de octubre se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales, por resolución de la Organización de Naciones Unidas, y empezó a celebrarse el 2008. Se menciona «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural».
Entre las muchas «mujeres rurales» que se comunicaron con el programa tras nuestro saludo y pedido, hallamos a Iriel Fontela. Tiene 19 años y es «puestera», en un establecimiento agropecuario del partido de Mar Chiquita. Sola, maneja el rodeo, vacuna, repara alambrados, asiste la parición equina, y todas las tareas propias del oficio.

Iriel, oriunda de la localidad de Mar Chiquita, fue segunda princesa de la Fiesta del Costillar de Vivoratá. «En la vacunación, vacuno yo misma, llamo alguna persona por día para ayudar, pero el trabajo lo hacemos acá a pial o en la manga». Si con esa frase no basta, escuchá la nota:

Y la siguiente, es la historia de Emilce «Bocha» Porto de López. Con sus 87, demuestra una vitalidad admirable y un decir que alegra, entusiasma, fortalece. Nacida también en el partido de Mar Chiquita, en zona de El Espinillo, está radicada hace muchos años en el paraje Los Cardos, partido de Balcarce.
«El campo te lo da todo, te hace más fuerte. Quizá hay una gran una sequía, y ves que las plantas se marchitan, están cabizbajas y… Llueve. Es un renacer. (…) Cuando falleció mi esposo me plantearon irme del campo. Yo no podía dejar este lugar. Sería otra pérdida más…» Mirá la nota: