Cuando uno piensa en el cine, es inevitable mencionar reflexionar el papel que tuvo. Cada pueblo y localidad lo recibió con una mezcla de curiosidad y alegría. En otros tiempos y desde su creación, se convirtió en el espíritu y entretenimiento de las comunidades, en especial de los pequeños pueblos que encontraban en una sala un momento de salida familiar, de amigos o en pareja, una previa que luego tenía continuidad en algún bar o pizzería. Ver cine en aquel entonces permitía viajar lejos, estar más cerca de los artistas y escaparle exitosamente a la rutina. Luuego, el tiempo trajo cambios, otros formatos fueron reemplazando a los antiguos, los espacios se modificaron y muchos de aquellos cines cerraron sus puertas para siempre.
Sin embargo, aquellos amantes de la pantalla grande nunca perdieron la esperanza del regreso. Uno de ellos es Héctor Oscar Tallarico quien, en la localidad de Pehuajó, cabecera del mismo Partido, creo el Museo del Cine.

Acerca de cómo surgió la idea de crear este Museo, Tallarico cuenta: “Tengo 63 años y me dedico a todo lo que es el cine desde los 11, así que desde chiquito comencé con esta pasión. Empecé acá en Pehuajó, tenía varias distribuidoras de películas a principios de los ´70 y siempre hubo aquí tres o cuatro cines, uno muy importante que fue donde comencé con mis primeros berrinches cinematográficos. Con el tiempo, si bien no fue mi profesión, el cine siempre estuvo a mi lado, acompañándome. Hace unos veinte o veinticinco años que me surgió la idea de poner un Museo porque había conseguido muchos equipos, películas y largometrajes, siempre estamos hablando del cine analógico de 35 mm, o de 16 mm, un tipo de cine que desapareció en el 2014”.

“El Museo cuenta con equipos que datan desde 1893 hasta 2014. En 1893, Thomas Alva Edson inventó un aparato al que llamó quinetoscopio y que está en este Museo, funcionando desde 1893. Ya a partir de 1895, los hermanos Lumiere inventaron el cinematógrafo para el público en general. De toda esa historia hasta lo último que sucedió, hay máquinas aquí”, refiere.

Tallarico explica que hay casi 70 proyectores de 35 milímetros de distintos países, incluso de Argentina, ya que aquí hubo tres fábricas que se dedicaban a producir estas máquinas. “Además hay otros de 16 milímetros y de 9, 5, una medida poco frecuente que se utilizó a principios de siglo XX”.
El espacio en donde funciona el Museo es amplio, lo que permite atesorar estas mencionadas joyas del cine y unos dos mil largometrajes de 35 mm, entre los que se encuentran los grandes clásicos del «séptimo arte». Su propietario cuenta que, pese a que se vieron retrasadas las actividades por causa de la pandemia, poco a poco se ha ido abriendo al púbico con la proyección de algunos filmes y documentales, como por ejemplo un homenaje a Carlos Reutemann, en la Fórmula 1: “Ya hay otros pedidos de la gente, porque la idea es trabajar con ellos formando grupos y haciendo proyecciones, viendo cine en los formatos originales”.
Tallarico se muestra optimista y considera que, así como ocurre con el formato del vinilo, el cine de 35 milímetros va a tener un resurgimiento en algún momento: “Aquí estaremos preparados para cuando llegue esa época”, señala.

El Museo se encuentra abierto los viernes, sábados y domingos por la tarde pero, si anda por la zona otro día de la semana puede llamar a Héctor al teléfono 1159327620 y llegarse hasta Domínguez Nº338, sede de este interesante espacio social y cultural. Además, pueden ver más contenidos a través de Facebook e Instagram en Museo del Cine Pehuajó.
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