Este 27 de mayo es un día muy especial para la localidad de Inés Indart, en el partido de Salto. La Escuela N.º 8 “Bernardino Rivadavia” celebra sus 100 años y se convierte en anfitriona para mostrar este hermoso pueblo. Cada uno de los habitantes tiene una historia que contar, una que la une directa o indirectamente a la institución educativa: han sido alumnos, trabajadores, proveedores, han llevado a sus hijos o sus parejas se han educado en aquellas aulas. En el presente, todas esas vivencias se enlazan para celebrar y algunas voces se alzan para contar quiénes son.
Los voceros de este festejo son dos. Néstor Leguizamón es nativo de Inés Indart, ex alumno, personal auxiliar de la EP 8 y presidente de la cooperadora escolar. Tiene doble celebración, ya que es integrante de la promoción egresada en el año `72, que cumple cincuenta años desde su egreso. Por su parte, Juan Carlos Di Bene es integrante de la comisión de festejos, panadero del pueblo y proveedor del establecimiento educativo y, desde hace 40 años forma parte del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios, de los cuales 25 ha sido presidente. No es nativo de la localidad, pero es como si lo fuese. Llegó a vivir aquí luego de casarse con una nativa de Indart, única hija del entonces panadero del pueblo quien, con el tiempo, les legó el oficio y el negocio familiar.
En cuanto a la hermosa escuelita centenaria, “la misma fue creada el 27 de mayo de 1922 por iniciativa de los vecinos Sres. Francisco Tornatore, Eduardo Ferre y Jesús Campos. Comenzó a funcionar inmediatamente después de su creación y según registros oficiales contaba con 28 alumnos en primer grado y 7 alumnos en segundo grado.
Su primer lugar fue una casa particular, construida de chapas y de condición muy precaria, en la esquina que hoy forman Avda. Libertador Gral. San Martin y calle Martin Miguel de Güemes, siendo su primer directora y única maestra la señora Francisca Di Paola de Damonte.
Posteriormente, un grupo de vecinos construyó en pocos días el primer edificio que era totalmente de chapas de zinc y piso de tierra, en terrenos del Ministerio de Educación ocupado actualmente por la plazoleta “Domingo Faustino Sarmiento”. El establecimiento contó siempre con el apoyo de la población tanto urbana como rural.
En el año 1937 el Ministerio de Educación construyó el actual edificio en terreno donado para tal fin por don Nicolás Grisolia el que fue habilitado en el año 1.938 con el patrocinio ya autorizado de Bernardino Rivadavia. En el año 1942 el edificio fue ampliado por primera vez, y luego en 1968 y en 1979”.
Néstor contó que “actualmente son 109 alumnos los que asisten a la escuela, y la mayoría pertenecen a la localidad. El edificio está bastante bien, se ha refaccionado y pintado, tal vez le falta alguna lavada de cara a las aulas, pero se encuentran confortables gracias a que están calefaccionadas. La institución cuenta con servicio de internet, que provee la cooperativa de electricidad”
Con respecto a las celebraciones por este Centenario, indicaron que “El festejo del día 27 será todo protocolar. A las 10 van a actuar los chicos, se harán los homenajes a todos los que pasaron por la escuela: directores, docentes, ex alumnos, etc. El día domingo 29, a las 12 hs, se descubrirá un monolito como homenaje a todos los fallecidos de nuestra localidad, y a las 13 hs un almuerzo de camaradería en el gimnasio de la Escuela 8. Ese almuerzo será de reencuentro, de muchas personas que hace tiempo que no se ven”.




SOBRE INÉS INDART
La localidad de Inés Indart fue fundada el 10 de enero del año 1911 y recibe su nombre en honor a Inés Indart, quien era la mujer de Francisco Dorrego y cuñada de Manuel Dorrego, y fue quien donó las tierras. Está a 42 Km de la ciudad cabecera de Salto, ambos lugares conectados por la Ruta 31. Sobre la propia ruta, un camino de acceso asfaltado de unos 14 Km permite desembarcar en Inés Indart, zona agrícola por excelencia que posee una de las tierras más prósperas en la denominada zona núcleo. Actualmente cuenta con unos 1000 habitantes.

Nuestros entrevistados explicaron acerca de las instituciones y servicios de la localidad: “Tenemos unas 50 cuadras asfaltadas, delegación municipal, jardín de infantes, colegio primario y secundario (que se estatizó hace pocos días), centro de jubilados, bomberos, un restaurante, una capilla en honor a San Pascual Bailón, comercios varios, el Club Social y el Club Independiente. Tenemos una cooperativa eléctrica, cajeros automáticos, agua potable y gas de red privada, a través de una chancha gigante que, a través de cañerías, abastece a todo el pueblo. Además, se cuenta con un parque solar. La próxima meta son las cloacas”.
No obstante, manifestaron que, a veces, las pocas posibilidades de trabajo han hecho que la población migre cuando termina el secundario. Quienes quedan se consideran “Un pueblo muy chico, pero una familia muy grande”.
Alguna vez pasó el tren por Inés Indart, su estación es el testigo mudo de un tiempo de esplendor que se acabó cuando cerraron el ramal. Su presente es diferente: “La estación del ferrocarril estaba abandonada, estaba ocupada por el descendiente del último jefe de estación, pero recientemente nos han cedido en comodato las instalaciones para que allí funcione el Rotary de Inés Indart, realizando distintas actividades de beneficencia y fines solidarios”.
LOS INVITAMOS A ESCUCHAR LA NOTA COMPLETA.