El pasado 24 de mayo se celebró el Día de la Olivicultura y, en este contexto, viajamos imaginariamente hasta Puán para conocer el desarrollo de esta actividad en suelo bonaerense.
Desde hace algunos años, la Cooperativa de Servicios y Obras Públicas Limitada de Puán ha tomado la iniciativa de promover esta actividad entre los productores agrícolas locales. Cristian Francisco es el gerente de esta Cooperativa y dialogó con Región Atlántica (AM 760) sobre la olivicultura en esta zona:
Sobre este emprendimiento, Francisco contó: “Este es un olivar muy joven, lo iniciamos en el 2007 con 14 hectáreas y en el 2010 lo ampliamos en 7 hectáreas más. Tenemos unas 6100 plantas colocadas, lo que nos daría unas 305 plantas por hectárea. Hemos puesto distintas variedades como arbequina, frantoio, farga, levadillo y manzanilla”.
En relación a la decisión de aventurarse a la producción olivícola, refirió que “cuando empezamos este tipo de producción lo hicimos pensando en una alternativa a lo que era la agricultura tradicional en nuestra zona, dado que veníamos de varias cosechas magras debido a las sequías, y entendíamos que con este tipo de emprendimiento podíamos darle al productor una alternativa. Con el tiempo vimos que los tiempos que se manejan en cuanto a dinero y economía no son los mismos que con otros cultivos, la olivicultura es mucho más lerda, pero de todas maneras lo entendimos así. La Cooperativa hizo este emprendimiento y de hecho, hoy estamos produciendo nuestro propio aceite”.
Cristian Francisco afirma que al momento de comenzar tenían como referencia la respuesta de los olivares existentes en la zona de Coronel Dorrego, lo que de alguna manera les daba un parámetro sobre el comportamiento del cultivo en aquellas condiciones climáticas: “Teníamos además el parámetro del valor de nuestro suelo y la experiencia de algunas familias italianas que en su momento habían plantado en sus casas, donde el olivo había venido bien y con buena producción. También, por supuesto, tuvimos asesoramiento de especialistas en la materia”.
Con respecto a la producción derivada en aceites, nuestro entrevistado contó que han recibidos varios premios a nivel nacional e internacional, tales como Olivinus y Cuyoliva, y se han presentado a ferias productivas en países como España: “La calidad de nuestro aceite es muy buena y estamos tratando de posicionarla. Si bien al ser un olivar joven nuestra producción aún no es a escala, se está comercializando en nuestra zona”.

“Creo que el microclima y la calidad de flora que hay en nuestra región hacen que el aceite tenga un sabor muy suave, lo que hace que sea muy bien aceptado por la gente. Los análisis realizados nos muestran una calidad constante durante todos estos años” – indicó- “No obstante, algunas condiciones climáticas de estos últimos años han pegado fuerte, con caída de piedras, lo que ha reducido el número de la producción que ronda usualmente entre 30 y 40 mil kilos anuales”.
Francisco explicó que si bien no han tenido la respuesta que pensaban en cuanto a la cantidad de productores interesados en esta propuesta, en la zona hay emprendimientos productivos de unas 5 o 6 hectáreas, que llevan a procesar sus aceitunas a la fábrica que pertenece a la Cooperativa: “La Cooperativa tiene su planta, en donde fabrica su propio aceite, y además hemos cubierto la necesidad de aquellos que tenían esta materia prima y no tenían dónde hacerlo”.

Por otra parte, Francisco enfatizó que desde la cooperativa se cumple un rol muy importante en lo educativo, con la recepción de visitas escolares (en los tiempos en que esto es posible) y con el desarrollo de experiencias estilo pasantía con una escuela de Goyena, partido de Saavedra.
En cuanto a otros beneficios del cultivo de olivares, nuestro entrevistado resaltó que “es una planta muy noble” y que muchas de ellas llegan a vivir más de cien años, por lo que implica una inversión a futuro. “Quisiera destacar también que estamos utilizando para nuestro riego, sobre todo en cortinas, el aprovechamiento de una empresa que fabrica malta. Reutilizamos más de 100 millones de litros de agua para nuestras cortinas. Además, tenemos riego por goteo, lo que hace que la planta tenga la cantidad de agua necesaria como para que produzca, generando una reducción en el impacto ambiental”.

Francisco concluyó que si bien se comercializa todo lo que se produce no hay actualmente una rentabilidad: “los números son muy finos”. No obstante, se mostró esperanzado: “esto tiene que cambiar poco a poco porque el aceite de oliva tiene muchos beneficios. Tal vez hoy por hoy hay mucha gente que no la puede adquirir, pero desde el punto de vista de salud es muy beneficioso su consumo, así que creemos que con el tiempo esto va a cambiar”.