Allí, lejos del asfalto, el Jardín de Infantes Nº 910 hace Patria, acompañando en sus primeros pasos a los niños de la zona. Comandando aquel lugar, Julia Rodríguez, quien es directora y maestra a cargo, nos cuenta acerca de la comunidad.
“Para llegar a San Enrique se pueden tomar distintos caminos, pero a sesenta kilómetros está la ciudad cabecera. En época de lluvias, los caminos son bastante intransitables y lo mismo sucede en temporada de cosecha ya que los camiones entran y salen de los campos. No obstante, se hace lo posible para llegar. La ruta más cercana con la que contamos es la Nº 205, distante a 22 Km.”, cuenta la docente.
Para describir al lugar, Julia Rodríguez nos narra: “Se puede dividir en el pueblo viejo y el pueblo nuevo. El primero de ellos constituye la parte más antigua y, entre ambos se distribuyen las instituciones que dan vida al lugar: almacén antiguo, delegación, sala de primeros auxilios, iglesia, instituciones educativas, policía y cuartel de bomberos propio, el cual está bien organizado para prestar servicio a la comunidad. Fuera de la vida institucional, las actividades agrícolas constituyen la base económica y productiva”.
En cuanto a la conectividad, cuentan con servicio de internet que provee una empresa de Veinticinco de Mayo, aunque si se trata de servicio de telefonía celular la situación es diferente: no hay allí antena propia y se puede tener señal en algunos sectores muy puntuales del pueblo.
Nativa de San Enrique, Julia cursó sus estudios docentes en Veinticinco de Mayo y accedió al cargo directivo en el año 1996. En el Jardín Nº 910 asisten actualmente 13 alumnos, algunos provenientes de la zona rural a una distancia de quince kilómetros, aunque la mayoría del alumnado pertenece a la propia localidad. Aquellos cuatro o cinco niños que vienen desde el campo asisten regularmente, excepto cuando las inclemencias del tiempo lo impiden. Las actividades se hacen en sala integrada de 3, 4 y 5 años abordando contenidos acordes para el grupo.
Cuando la etapa del jardín culmina, los niños pueden asistir a la escuela primaria que está próxima y los más grandes pueden acceder al nivel secundario en una extensión de Valdéz que funciona en San Enrique. El alumnado es el que, de una u otra manera, le da vida a la localidad.
LOS JÓVENES SON LA ESPERANZA DE ESTE PEQUEÑO LUGAR BONAERENSE CON IMPRONTA RURAL, UNA ILUSIÓN QUE NO SE AGOTA Y QUE LUCHA DIARIAMENTE PARA QUE SAN ENRIQUE NO SE APAGUE…