La sequía sigue golpeando en algunas zonas de nuestro país, por ejemplo, en varias zonas de Santa Fe, donde la situación es angustiante, no habiéndose registrado precipitaciones abundantes desde el mes de enero.
El productor agropecuario Jorge Mercau, integrante de la Sociedad Rural de Tostado, describe el panorama: “Ya no hay nada de pasto, es todo tierra. El norte está muy seco, es muy desesperante. Estamos con falta de agua y de pasto, la situación no puede ser más crítica.
Donde están más complicado es el Departamento de 9 de Julio, el centro de la provincia, y al este en los Departamentos Vera y General Obligado. Nosotros no pudimos hacer verdeo, lo del verano se secó hace mucho tiempo y nunca más levantó. A la falta de pasto, se agrega la falta de agua. El domo occidental tiene medianamente agua, las vertientes se han ido muy abajo, los molinos chupan un poco, pero cuando se va tan abajo el agua se saliniza y los animales no la toman. Estamos comprando el agua».
El triste relato continúa: «En la zona de Departamento Vera, esa gente depende de represas, reservorios que se hacen cuando llueve. En la condición que estamos, eso se encuentra totalmente seco. Es tremenda la mortandad de hacienda que tenemos. Hay salida de hacienda. La gente acarrea agua todo el tiempo con camiones. Los pequeños productores, de 150 animales para abajo, tienen una pequeña ayuda del gobierno que le subsidian los fletes de agua, pero el resto lo estamos haciendo a pulmón y es muy difícil seguir adelante».
En lo personal, Mercau habla con la tristeza de quien la desgracia le toca de cerca. Como todo apasionado por el campo y por la ganadería ha apostado hasta el final por esta actividad, resistiendo hasta el final. Pero la situación es tan límite, que ha tenido que tomar decisiones drásticas: “En mi caso empecé a vender las vacas más viejas, luego las vacas secas, después los terneros destetar y venderse, los novillos venderse sin reponerse. Casi seguro que, a fin de mes, llevo lo que me queda a la feria. Es inviable mantener los animales en este momento. Son 60 años de trabajo tirados a la calle en cinco años seguidos de emergencia: una sequía, una inundación y tres sequías enteras”, cuenta con angustia.
“Es muy triste lo que pasa, ver la desesperación de los animales cuando escuchan el tractor o el camión que les lleva agua o pasto”, describe.
En cuanto a la mínima ayuda que reciben en situaciones tan críticas como éstas, Mercau opina: “Es una vergüenza lo que sucede. La provincia de Santa Fe envía dos mil quinientos millones de dólares por año en retenciones, mientras que la ayuda que recibió fue de dos mil millones de pesos”.
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