En el Partido de Tornquist, sobre la Ruta 76, se encuentra el establecimiento Las Mulitas. Aquí se destacan por la producción de aromáticas, sobre todo lavanda, tomillo y romero, en el marco del bello e imponente paisaje de las Sierras de la Ventana. Para conocer más sobre este aspecto productivo de nuestra provincia de Buenos Aires, dialogamos con Nicolás Kugler:
¿Cómo comenzó este emprendimiento?
Este es un emprendimiento que comenzó con una idea de mi padre, quien es ingeniero agrónomo. Él heredó una fracción de campo que era de mi abuelo y decidió probar con el tema de aromáticas que promocionaba el INTA, y que son promovidas especialmente en esta zona por las condiciones naturales que ofrece, similares al lugar de origen de estas plantas que es la costa del mediterráneo, sur de Europa y norte de África. Aquí, las condiciones que se dan en el verano de mucho sol y sequías prolongadas son similares y hacen que las plantas se adapten bien, más allá de que muchas de estas aromáticas también son muy adaptables a distintas condiciones y no son muy exigentes en calidad de suelo. Requieren básicamente sol y aire, buena ventilación.

En cuanto a los cultivos mencionados: lavanda, tomillo y romero, ¿Tienen ciclos productivos similares?
No. En el caso de la lavanda, por ejemplo, se encuentra en plena floración en enero. Hay más de cuarenta especies del género lavándula, de las cuales sólo cuatro o cinco se comercializan. Una es la que la gente ve más frecuentemente en los patios, en las casas, que es la lavándula dentata, llamada así porque tiene el borde de la hoja dentado. Nosotros aquí producimos otra especie, que es la lavándula intermedia o también conocida como lavandín, que tiene un período de floración más corto que la que se ve en los jardines de las casas, haciéndolo en diciembre y enero. En cuanto al romero, se aprovecha su hoja para condimento y lo ideal es cosechar antes de que florezca, a fines del otoño, y coincide un poco en época con el tomillo.
Los destinos comerciales que ustedes tienen son los turistas que suelen visitarlos, pero ¿Qué otros caminos le encuentran a su producción?
Tenemos muchos clientes que nos compran en mayor cantidad para hacer sus propias esencias. Destilan productos frescos, como hojas de romero o flores de lavanda para realizar sus propias esencias y utilizarlas luego en aceites para masajes y todo tipo de terapias. Pero básicamente aquí estamos concentrando el fraccionamiento de estas aromáticas ya deshidratadas, limpias y desgranadas, para ofrecer a los turistas que visitan esta zona tan convocante durante todo el año.

¿En qué consiste el tratamiento que se da a la aromática en cada caso?
En cuanto a la lavanda, la producción es muy artesanal, manual. La cosecha se comienza en los días de enero y se lleva a secar a la penumbra del galpón, de modo que esté aireado, pero evitando que la luz degrade la aromática. En una semana esto ya está seco y hay que pasarlo por una serie de pequeñas máquinas de fabricación casera que consisten en una despalilladora, que separa el tallo seco de lo que se aprovecha, y en una serie de zarandas para terminar de limpiar el producto.
Tenemos, además, una pequeña plantación de ajedrea, un condimento que no es muy conocido, pero que es muy rico sobre todo para platos de invierno. Otro cultivo que se hace es salvia, que se da muy bien acá como en la cocina mediterránea como en la italiana, española o árabe.
El proyecto es diversificar las especies, seguir produciendo cada vez más lavanda, romero y tomillo, pero también probar con más cantidad de las aromáticas que mencioné y con otras que se pueden adaptar a la zona.
¿Cuántas hectáreas hacen?
Es poco, intenso, pero adaptado a lo que es una pequeña producción familiar. Estamos hablando de una hectárea. Es un emprendimiento netamente familiar. De hecho, uno de los obstáculos que nos impidió crecer en superficie fue la imposibilidad de encontrar mano de obra regular en determinadas épocas del año.

¿Cómo es el año de trabajo en cualquiera de estos cultivos?
A pesar de ser rústicas requieren de un cuidado para ayudarlas a crecer y prosperar. Es un cultivo que se desarrolla sin riego. En algunos momentos del año, como las lluvias son muy irregulares, tal vez se podría ayudar con un poco de riego. Eso es algo que estoy haciendo con un pequeño lote donde he trasplantado unas plantas de lavanda y que las cuido especialmente porque son muy chiquitas. No obstante, los cultivos más grandes no se riegan. Otros cuidados a realizar son liberarlas de yuyos que puedan competir, eso se hace sin agroquímicos porque no es necesario su aplicación para este tipo de plantas. Los períodos de sequía colaboran para que no se desarrollen las malezas y al tener el pasto corto y sacar aquellas especies más complicadas, con eso es suficiente. Otro punto a tener en cuenta es la poda, sobre todo en la lavanda, porque tiende a hacerse un arbusto, muy leñoso, muy rápidamente. La poda se realiza a fines del invierno. En cuanto al resto de las aromáticas hay que cuidar que en épocas de sequía no les falte demasiada agua, sacarle los yuyos, cosechar y cuidar su procesamiento posterior.

¿Tienen una especie de programación de visita turística para quienes quieren acercarse?
Sí, en el establecimiento abrimos a la tarde, de 14 a 18 hs. Por el tema de la pandemia nos acostumbramos a pedir una reserva previa de visita, más allá de que la misma es sin cargo, para ordenarnos y evitar que se mezcle gran cantidad de gente.
Para quienes quieran contactarlos a través de Instagram, pueden hacerlo siguiendo la cuenta mulitas76 o en Facebook los pueden encontrar como Las Mulitas.