El Paraje Húsares se encuentra en el Partido de Carlos Tejedor, a 22 Km de la cabecera del distrito. Para llegar hasta la zona se transita la Ruta 226, con caminos que en general permiten el acceso. Las instituciones son las que, en su lucha por sobrevivir, también mantienen vivos estos rincones tan recónditos como bellos: el JIRIMM Nº 7 y la EP Nº 12 “Mariano Moreno” son un ejemplo de ello. La vieja estación y una antigua almacén, testigos mudos del paso del tiempo, abandonados y solitarios, completan la postal.
Algunos vecinos aún viven en los campos de la zona y forman esta pequeña comunidad, que tiene la característica de ser nómade ya que los trabajadores van un tiempo como puesteros y luego migran, lo que impacta en la matrícula escolar. Para este 2021 se han anotado tres niños para el JIRIMM y cinco para el Nivel Primario.
REALIDADES DIVERSAS
Daniela Asparren es la docente y directora a cargo del Nivel Inicial, con toda una experiencia y mucha pasión en el ámbito rural, llegó hace poco a trabajar a Húsares con el desafío de conocer y adaptarse en la situación excepcional de pandemia: “En este Paraje hace un año que estoy, costó llegar a las familias porque me encontré con un panorama totalmente diferente, hay familias que incluso no tienen luz eléctrica y tienen que hacer el tambo y no tienen otra forma que hacerlo a mano, por ejemplo. Cada mes me acercaba hasta la tranquera y les dejaba desde el material escrito hasta lo concreto, les compraba témperas, lápices, plasticola, tijeras, hojas y todo lo que fueran a necesitar para hacer un poco más amena su tarea. Ellos lo hacían cuando podían porque en el campo no cambió mucho la vida, ellos siguieron trabajando normalmente y se dificultaba que los papás se sentaran con los nenes a trabajar por eso siempre se les aclaraba que lo hicieran cuando pudieran. Comunicarse también era difícil porque al no tener internet y no tener luz los WhatsApp tardan en llegar o dependen de ir al pueblo y que les llegue al cargar crédito”.

La lucha por persistir y resistir es diaria y demanda mucho esfuerzo. Las sucesivas migraciones a las ciudades han ido despoblando los campos, una decisión que muchas veces es tomada por aquellos que quieren el progreso o el acceso a distintos servicios que se les niega en el ámbito rural. Al respecto, la docente expresa que “Es muy difícil, en el paraje en el que estaba anteriormente nos costó mucha plata el poder llegar, luché mucho para que los nenes tuvieran las mismas condiciones que los de la ciudad y nos costó mucho dinero llegar a tener internet en el medio del campo, ya sea por la antena, por las distancias o por otras cosas. Al llegar a este paraje me encontré con gente que ni tenía luz, no estamos todos en el primer mundo, las realidades son diferentes y uno lucha… Para poder tener internet en esa oportunidad hubo que hacer rifas y un montón de cosas que costaron mucho para una escuela rural, cuando se podría darle el acceso a un montón de cosas como mostrarles un video, que ellos puedan entrar en YouTube, cosas tan normales y que para ellos no llegaban”.
Pero a falta de tecnología, en tiempos normales florecen los proyectos que promueven el conocimiento y el intercambio, se organizan viajes de estudios e instancias de intercambios con otras escuelas y parajes. Con volver a esto también se sueña.
“A veces uno reniega con el estado de los caminos, pero finalmente va con gusto, más de una vez me he caído en la cuneta y siempre hay algún padre predispuesto que tiene un tractor y sabe que cuando lo llamamos es que algo pasó. Siempre tenemos el apoyo y la predisposición de las familias además de una cooperadora integrada por padres de niños que ya han egresado o gente del paraje que trabaja para las escuelas y para los niños. Una de las cosas que hacía la cooperadora es que al no llegar un profesor de Música o de Educación Física, ellos le pagaban a uno para que vaya a darles clases y no pierdan eso”, expresa Daniela con respecto a la realidad rural.

SOÑANDO CON VOLVER
En cuanto a la posibilidad de volver a clases presenciales, Daniela considera que la vuelta “es importante y necesaria porque ellos precisan del contacto, desde el Nivel Inicial ellos aprenden jugando y yo entendía a los papás cuando me decían que ellos no sabían jugar con sus hijos o no podían. Creo que es necesario y ellos lo piden, tal vez aquí corremos con un poco más de ventaja porque somos poquitos en el Paraje y quizás se minimiza un poco el riesgo, que no deja de estar y por lo cual debemos seguirnos cuidando”.