En Uribelarrea, partido de Cañuelas, existe un tradicional establecimiento de producción de cabras denominado Valle de Goñi, propiedad del matrimonio formado por Regina Schiff y Horacio Martínez. Según nos cuenta Regina “El nombre viene en honor a los abuelos de Horacio que, no eran familia de campo, pero quisimos homenajearlos con el nombre. Este emprendimiento es nuestro, Horacio encontró su vocación en el Colegio Agrotécnico Salesiano Don Bosco en Uribelarrea».
Horacio es oriundo de Lavallol y Regina, de Ezeiza. El destino quiso que se encontraran en la Facultad. La incursión con las cabras la tuvo él, junto a unos compañeros de estudio, en Brandsen. Ese “bichito” que había prendido con la producción caprina lo llevó a tener unas cabras en lo de su abuelo y hasta cuenta Regina que, en cierto momento, estaban ahorrando para comprar un auto 404 que terminó siendo un chivo.
Allá por 1997, el destino los llevó a “Uribe” (larrea), en donde compraron seis hectáreas y veinte cabras que viajaron desde del sur, desde El Bolsón. “Nuestro campo estaba totalmente pelado, así que comenzamos dándole prioridad a las cabras en cuanto al armado de las instalaciones y recién después pensamos en nosotros. Hoy vivimos acá, con la casa pegada al tambo. Somos un matrimonio con dos hijos», describe.
En cuanto a la actividad diaria, la productora cuenta: “Ordeñamos todos los días, a las 7 y a las 17. Nos dedicamos a la raza Anglo Nubian, originaria del Desierto Nubian (Egipto). Es una raza doble propósito, que permite trabajar la carne y la leche, nosotros sólo nos dedicamos a la producción de leche y derivados.
Empezamos con esta raza porque surgió la posibilidad de comprar estos animales en el sur, pero la verdad es que hoy somos fans de ella porque tiene un montón de beneficios como la cantidad de sólidos en la leche que, por ejemplo, cuando uno va hacer quesos tiene más rendimiento que en la raza Saanen. Se obtienen unos 200 litros diarios de leche. Hacemos, principalmente, queso sardo y pategrás, provoleta de cabra y dulce de leche. Nuestro ingreso más importante es del turismo, tenemos los visitantes de fin de semana, con visitas guiadas con almuerzo y/o merienda».
En cuanto al cuidado de los animales, señala: “Se hace un servicio planificado en diciembre, en febrero se llama al veterinario que hace las ecografías para comprobar la preñez de las cabras y a partir de ahí sabemos cuándo serán los partos. A partir de ahí, la responsabilidad principal es el cuidado de los cabritos y arranca de nuevo el ordeñe. Dos meses antes del parto las cabras descansan y reciben alimento preparto. Los cabritos toman leche aproximadamente dos meses y luego empiezan la transición con fardo y alimentación balanceada. Por otro lado, somos cabaña, vendemos generalmente reproductores, lo que más vendemos son chivos y no así cabras, porque necesitamos aumentar el plantel”.
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