En Victorica, cabecera del departamento de Loventué y con zona rural en el departamento de Chalileo, La Pampa, se encuentra el Almacén de Ramos Generales de la Familia Falabella, sitio que integra la Red oficial de Antiguos Almacenes de Ramos Generales de la Patagonia.
Roberto Falabella es uno de los representantes actuales de este lugar, que estuvo a cargo de su familia desde el año 1946 aunque el edificio tiene una antigüedad aproximada de 90 años, con el aval de algunos documentos que indican su construcción en el año 1925.
Roberto cuenta que “de los antiguos tiempos se conserva todo, está tal cual como cuando funcionaba. Los muebles son iguales, el mostrador largo, las estanterías, algunas vitrinas y los cajones para la venta de productos a granel”, y agrega que más allá de los comestibles “se vendían aquí elementos de corralón, de bazar e inclusive cuando era libre, había venta de armas y municiones. No le mezquinaban a ninguna cosa”.
El Almacén de la Familia Falabella dejó de funcionar como tal en el año 1986: “Mi padre cerró y nadie se interesó en seguir el negocio, aunque tampoco en desarmarlo. Después, hace cuatro o cinco años nos pidieron desde el Municipio si podíamos abrirlo para mostrarlo, por ejemplo, durante la semana de la Fiesta de la Ganadería. Con el tiempo se llegó al acuerdo de tenerlo a disposición con este fin, luego la Provincia también se interesó y lo incluyó en la Red de Almacenes”. Por supuesto que en estas décadas transcurridas se han realizado diversos trabajos de mantenimiento, aunque, por supuesto, sin cambiar la esencia del local.
El padre de Roberto era de origen italiano y su madre de origen vasco. Él los recuerda como gente de empuje, con impulso, con espíritu de trabajo. Falabella padre se dedicó siempre al comercio, primero como empleado de almacén de ramos generales y, tiempo después, como propietario de la suya. La Casa Falabella les dio el sustento para la crianza de cinco hijos, entre ellos Roberto, y para darles posibilidades de formación superior: “Nos dedicamos a distintas cosas: mi hermano mayor, a la docencia, otro fue contador en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, otro fue ingeniero y trabajó en la provincia de Neuquén, mi hermana también se dedicó a la docencia y yo soy contador”.

Anchas paredes, con bases de 50 cm, paredes exteriores de 40 cm e interiores de 30 cm, son el esqueleto de esta fortaleza pampeana. Adentro, los pisos de pinotea originales dan un marco entre antiguo y cálido. La postal se completa con aquellos muebles que supieron recibir a los habitantes de la zona y a los ocasionales visitantes, y con alguna que otra botella que aún se conserva: “Cuando mi padre decidió cerrar fue vendiendo y nunca repuso, luego entonces cerró. Nunca previó que el interés iba a generar este lugar y nadie quiso seguir este negocio tal cual era”, expresa Roberto. También se conserva la libreta de cuenta corriente, con anotaciones de aquella época y los fiados, que generalmente se cobraban una vez al año.
Cuando el almacén comenzó su historia, Victorica estaba habitado por unos 3000 habitantes que transitaban sus calles de tierra. Actualmente, la localidad cuenta aproximadamente con más de ocho mil habitantes, evidenciando un crecimiento exponencial. Hoy transitan calles asfaltadas, adelanto que llegó, según indica nuestro entrevistado, allá por la década del `70.

VICTORICA
Esta localidad se encuentra en el noroeste de la provincia a 159 kilómetros de la capital Santa Rosa. Esta localidad debe su nombre al general Benjamín Victorica, Ministro de Guerra de la Nación Argentina en el año 1882.
Victorica fue fundada el 12 de febrero de 1882 por el coronel Ernesto Rodríguez, tras la derrota de los ranqueles en la Conquista del Desierto emprendida por el Estado Nacional Argentino durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, siendo ministro de Guerra el general Julio Argentino Roca. Fue el primer pueblo fundado en el actual territorio de la provincia de La Pampa.
Cerca de esta población, dentro de los límites de Leubucó, el coronel Lucio V. Mansilla se entrevistó en 1870 con el cacique ranquel Mariano Rosas. El relato de esta entrevista, escrito por Mansilla, se puede encontrar en su libro «Una excursión los indios ranqueles».
Desde 1968, se lleva a cabo la Fiesta Nacional de la Ganadería durante la primera semana de febrero, aunque en principio la celebración sólo era oficialmente «provincial».
Se conoce también a esta fiesta como «la de las ocho lunas y un sol», ya que los festejos se celebran durante ocho noches en la plaza central de Victorica, «Héroes de Cochicó». De esas ocho «lunas», una de ellas es dedicada a los jóvenes. El «sol» se refiere al domingo de la primera semana de febrero, pues ese día, en el campo de jineteada «Don Rosario Balmaceda», se lleva a cabo una competición entre los mejores jinetes del país. Todas las noches, una vez finalizadas las actuaciones en la plaza, se da apertura a «las peñas», situadas en distintos sitios de la ciudad, que prolongan la fiesta hasta altas horas de la madrugada.