No podemos no preguntarnos por qué en agricultura somos “de primer mundo” y en ganadería tan poco eficientes, a pesar de tener una excelente base genética (aunque algo deteriorada por la influencia norteamericana). Ese algo más de 60 terneros cada 100 vacas es una cifra a la que parecería nos hemos resignado pero que debería impedirnos conciliar el sueño cada noche a ganaderos, ruralistas y gobernantes. En Uruguay, la reciente encuesta del INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria) indica que se llegó al 80 %.
Veamos la cifra clave de semejante despropósito: hay por lo menos 10 millones de vacas que no producen su ternero en el año y por tanto no menos de 20 millones de hectáreas totalmente improductivas. ¡Sí! 20 millones de hectáreas. Preguntemos a un japonés o a un holandés si quieren 20 millones de hectáreas que tenemos totalmente desaprovechadas para hacer algo…
Dos razones explican, aunque sea parcialmente, esta situación: la falta de rentabilidad en la cría y la imposibilidad de planear el largo plazo debido a razones que todos conocemos (constantes desequilibrios macroeconómicos, etc., etc.,). Uno entra y sale de la agricultura cada seis meses… pero en ganadería se precisan muchos años de planear el negocio hacia adelante.
Entonces, ¿cómo mejoramos la renta del criador? En la vecina orilla del Río de la Plata encontraron una buena solución: exportar terneros en pié a Turquía para generar una puja de compradores de la misma manera que molinería y exportación pujan por el trigo ya a nadie se le ocurriría coartar esa posibilidad de competir libremente. ¿Cómo puede ser que los corrales bajen el precio del ternero porque les subió el maíz? ¿Entonces estamos obligados a producir a quebranto? ¿Dónde está escrito? ¿Y si los criadores no produjéramos terneros qué invernada engordarían los feedlots y qué novillos faenarían los frigoríficos? Me dicen que algunos frigoríficos se oponen a la exportación de terneros en pié. ¿Con qué derecho? ¡Qué fácil es impedir con la billetera del otro! Para que el negocio de la carne de una vez por todas se organice bajo forma de cadena, se deben respetar los intereses de todos. Y el primero de la lista es el criador. Si el feedlot o el frigorífico pierden plata cierran y listo, como se ha hecho miles de veces. Pero el campo no puede cerrar. El campo tiene que seguir produciendo, entre otras cosas para pagar los impuestos que a ningún otro sector le cobran y para pagar las deudas que el país sigue contrayendo. ¿O los frigoríficos aceptarían pagar un 30% de sus ingresos como paga la soja? O quizá los Bancos quieran pagar el 10 % o el 30 % de sus ingresos como paga el campo toda vez que casi todos los gobiernos nos ponen retenciones… ¿Y encima tenemos que escuchar que hay quienes se oponen a la exportación de terneros en pié?
Es muy urgente que se habilite rápidamente la posibilidad de exportar estos terneros machos enteros a partir del destete de 2020 para mejorar la renta de la cría y poner en marcha la friolera de esas 20 millones de hectáreas. Bienvenida la sana competencia: en Uruguay un ternero vale en pié aproximadamente 2,20 u$/kg., mientras aquí no vale más de 1,70 u$/kg. Nos está faltando no menos de 20 pesos por kilo de ternero, o casi un 27% del precio. Tenemos todo para corregir esta injusticia, y ahora más que nunca que nos hemos integrado al mundo. Por favor, autoridades del gobierno y representantes del campo: ¡a las cosas!
*Arturo Vierheller es productor ganadero. 10 de julio de 2019.