El pasado 24 de mayo se celebró el Día de la Olivicultura en nuestro país. En la fecha se conmemora el primer asentamiento español en la ciudad de Aimogasta, en la provincia de La Rioja. En este lugar se encuentra un olivo de 400 años que fue declarado árbol histórico nacional.La Rioja acumula el tercio de la producción nacional de aceitunas, pero es la actividad principal de la provincia. Desde allí hablamos con el productor olivícola y presidente de la filial La Rioja de la Federación Agraria Argentina, Juan Herrera.
ALGUNOS DATOS DE SU PRODUCCIÓN
“La aceituna verde es la misma que la negra, solamente que ya está madura. Mucha gente nos pregunta si un olivo da la misma aceituna verde o negra, y la respuesta es que sí, que no ocurre como con la uva, que sí tiene plantas que dan blancas o negras”, cuenta.
“Una vez que hace las plantas, se tiene que esperar entre cinco y diez años para que produzca, así que hay que tener en cuenta la inversión en mano de obra para cuidar las plantas. Hay que señalar que el productor riojano es electrodependiente en un 90% porque a nuestros cultivos se les llega a regar con agua de subsuelo. Han caído 350 milímetros al año y no alcanzan para regar una finca de olivo y, nobleza obliga, por estos tiempos el gobierno nos está auxiliando con el costo de la energía eléctrica que es bastante elevado”.
ACTUALIDAD: ENTRE PROBLEMAS E INCERTIDUMBRE
El productor se mostró preocupado por varias cuestiones que afectan la producción en la provincia: “Estamos preocupados porque se cosechó mal. La aceituna, en La Rioja, se pagó entre 0,70 y 0,80 centavos, es decir, entre $70 y $80 el kilo. La caja, para cosechar los veinte kilos, se estuvo pagando entre $350, $400 o más. Esto se da por la situación económica de nuestro País con respecto a Bolivia, desde donde varios cosecheros suelen venir y esto hace que le sea poco rentable al cosechero venir a la Argentina a trabajar.
La mayor cantidad de mano de obra para la aceituna viene de Bolivia, mientras que hay un bajo porcentaje de riojanos que trabajan. Lo mismo sucede, en estos años, con trabajadores de otras provincias”, expresó.
Herrera manifestó que “Es un problema para el productor porque se dejó mucha fruta en la planta.
Prácticamente no hay relación entre lo que le pagan al productor por un kilo de aceituna y lo que vale, elaborado, en una góndola, que implica una multiplicación por 10”.
En otro aspecto, en cuanto a la exportación, manifestó que “sí se da a buen precio, pero no se traduce en un aumento para el precio del productor. El año pasado se pagaba $65 el kilo y este año, $75, mientras que tenemos una inflación interanual del 60%. Es irrisorio cómo estamos perdiendo los productores, con lo que significa el desarrollo de una actividad de años y los costos, “Los agroquímicos subieron en dólares mientras que nuestros productos lo hicieron en pesos. Hay un desfasaje muy grande”.
UN DÍA TRISTE PARA LA OLIVICULTURA ARGENTINA
“Otro problema son las enfermedades, plagas que se van presentando, que son nuevas y difícil de controlarlas porque no hay experiencia. No es nada fácil el momento de la actividad olivícola”, dijo Herrera.
En este sentido, desde la FAA expresaron que “este 24 de mayo recordamos el día de la Olivicultura, sin mucho para festejar» ya que los olivares argentinos están en riesgo de desaparecer por la amenaza de la bacteria Xylella fastidiosa, que es mortal para las plantas, hay pocas herramientas para controlarla y no existe una cura definitiva.
En la fecha, como ya señalamos, se conmemora el primer asentamiento español en la ciudad de Aimogasta, en la provincia de La Rioja. En este lugar se encuentra un olivo de 400 años que fue declarado árbol histórico nacional. Esta reliquia se trata de la única planta que quedó viva de la tala que mandó a hacer en América el Rey Carlos III en el siglo XVII. Según cuentan los productores de la zona, a este árbol se denomina «Padre de la Olivicultura», ya que a partir de este ejemplar se volvió a expandir la olivicultura no solo en Argentina, sino que también de estas plantas se llevaron hijuelos a Chile y Perú (la planta se reproduce mediante esquejes). Pero su presente es preocupante, ya que puede morir en cualquier momento. La bacteria Xylella se metió en su interior por lo que se está secando, al igual que todas sus hijas de la región que con tanto esfuerzo los productores locales plantaron, cuidaron y obtienen de su producción su único medio de subsistencia.
En 2020, el Olivo Cuatricentenario obtuvo el premio mayor del Concurso sobre Olivos Patrimoniales de América, consagrándose «OLIVO PATRIMONIAL DE AMÉRICA» en la categoría mayor y ratificando ante todos la historia del Departamento Arauco, su condición de Cuna de la Olivicultura Argentina y de América.
