El pasado 12 de mayo la localidad de Mechongué, en el Partido de General Alvarado, celebró sus 111 años. En Región Atlántica, transmitimos en vivo desde el Instituto Juan XXIII, perteneciente a la obra de la Madre Eufemia Otamendi. Fuimos recibidos por autoridades de la institución y tuvimos la visita de muchas personalidades destacadas de la localidad.
En principio hablamos con Cristina Toraf, representante legal del Instituto Juan XXIII. El Nivel Inicial, según nos contó, comenzó a funcionar en el año 1966 y el Nivel Secundario, al que asisten unos 120 alumnos actualmente, inició sus funciones en 1967: «Todos los servicios educativos fueron decisión de la Madre Eufemia. Ella viene a evangelizar la zona en el año 1925 y en ese sueño llega a Mechongué, trae un cura y celebran misa en un salón de la Escuela Primaria Nº 9. En 1963, en el marco de los festejos de su cumpleaños, la Madre decide colocar la piedra fundamental de un edificio, destinado en un principio a una escuela de artes y oficios, y a una casa de retiro. Ella cumplió años el 1º de junio y el día 3, cuando estaba viniendo para Mechongué, se entera del fallecimiento de Juan XXIII, decide seguir adelante con la obra y llamar a este lugar «Juan XXIII». La gente del pueblo le pide un jardín de infantes y ella accede, y en 1966 abre una sala de Jardín. El pueblo también le pide una escuela secundaria, y en 1967, con la Dirección del Dr. Francisco José Olivieri y su esposa, María Elena Vidart, abren el Instituto Juan XXIII, que ha crecido y ha permitido que Mechongué también crezca».
Por otra parte, como parte de la institución educativa, entrevistamos a Juan Mazzuco, Director del Nivel Secundario: «Nuestra matrícula es de 120 alumnos, un veinte porciento viene del sector rural o de Miramar. Es una escuela en donde, los que transitamos el día a día, disfrutamos mucho de cuidar a los chicos, de prepararlos y brindarles las herramientas para su futuro»:
También, como integrantes fundamentales del Juan XXIII dialogamos con dos ex alumnos, quienes formaron parte de la primera promoción de egresados: Dina Rodríguez y Julio Esteban quien, además, fue abanderado:
«Mi padre fue uno de los primeros pobladores de Mechongué, Don Luis Rodríguez, que tenía el almacén «El descanso» aquí, en Mechongué. Somos cinco hermanos, nacidos y criados acá», cuenta sobre su familia. «Un grupo de personas que querían que sus hijos estudiaran, formaron una comisión y salieron a buscar los alumnos para que pudiéramos empezar. Nos cambió el rumbo y la vida en Mechonguué. La Madre Eufemia y el Instituto cambiaron la historia del pueblo», dice Dina sobre el Instituto. Ella, además, menciona que es prima del recordado artista local Tito Ramos.
«A mí también me cambió la vida ir al Instituto. Mi padre era español,y llegó acá en el año 1927. Mi abuelo, su padre, trabajaba acá en la cosecha de trigo, que se hacía con la hoz, y luego se volvía a España. Hasta que un día mi abuelo lo trajo a mi padre, y él se quedó acá, dedicado siempre a las tareas en el campo. Yo también me afinqué en Mechongué, aunque trabajé 25 años en el Banco de Balcarce. El secundario me permitió ser gerente de un banco», cuenta Julio sobre su familia y su vida en Mechongué.
Para referirnos a la historia de la localidad, invitamos a la escritora e investigadora local, Mariana Suárez Boh, actual directora de Cultura de General Alvarado y autora del libro «Origen y fundación de Mechongué. Cien años del Pago Lindo», editado con motivo del centenario: «es necesario el trabajo en la reconstrucción de la memoria y de la tradición oral, que es tan importante para que nuestras localidades estén cimentadas en la identidad». Mariana nos cuenta, en esta oportunidad, cuál es la historia de Mechongué y el origen de su nombre:
Nos visitó también Raúl Román, productor y representante de la firma Ferias Mechongué, que habló sobre los orígenes, desarrollo y presente de la ganadería en la localidad, e hizo referencia a la actualidad del sector:
Un capítulo especial fue el diálogo con Abel Spadari quien, durante años, estuvo al frente del almacén de ramos generales de Mechongué junto a su hermano. Lugar emblemático que vio pasar los mejores años de la localidad y en donde los Spadari atendieron a varias generaciones. Lamentablemente, hace poco el almacén debió cerrar definitivamente sus puertas. Abel habló de cómo fue cambiando Mechongué a lo largo del tiempo, del florecimiento económico que tuvo de la mano del ferrocarril y del desarrollo de su población:
También entrevistamos a su hijo, Mauro Spadari, artista de Mechongué y actual Concejal por el bloque Juntos, quien además de hacer referencia al aniversario de Mechongué, habla de las problemáticas actuales de la localidad, entre ellas la lucha que continúa para recuperar el servicio de transporte:
Otra emblemática figura de la historia de Mechongué es el vecino Alfredo Gioitta quien, con sus 90 años, nos cuenta la historia de su familia: «Mis viejos eran inmigrantes italianos, que llegaron en enero de 1923 a Argentina. Los capataces, que creo que eran ingleses, los trajeron a trabajar en el ferrocarril. Luego ellos fueron a trabajar en la papa con la familia Corral, de Balcarce, que sembraba para el lado de Mechongué. Mi padre vino con Vicente Artino, y nunca se separaron. Años más tarde vino mi madre con la madre de los Artino, Doña Ángela, y nunca dejaron de ser vecinas. Trabajaban de peones golondrinas, que iban a la zona de Tres Arroyos, Cascallares, etc. para la cosecha de trigo. Era la época en que se cosechaba a bolsa y se sacaba la papa a azada…». Alfredo cuenta de sus tiempos de infancia, cuando iba a la escuela en sulky, y la relación tan familiar que tuvo con sus vecinos y amigos de toda la vida: