Juan Matías Ruíz es oriundo de Comandante Nicanor Otamendi y es esquilador. Aprendió el oficio junto a su padre Raúl, quien hace unas seis décadas comenzó a despuntar esta pasión por el ovino: “Mi papa empezó hace 60 años con esto. Arrancó con 20 años, cuando compró una máquina y salía con un vagón tirado por caballos, con la máquina arriba, algunos esquiladores a caballo, otros en bicicleta, e iban a las estancias de la zona. Después se fue expandiendo”.

Los tiempos fueron pasando y muchas cosas cambiaron. Las idas y vueltas de la actividad estuvieron supeditadas por el desarrollo de la misma. Hubo épocas en las que tener una majada era algo común, luego vinieron tiempos en los que se redujo la cría de ovejas hasta que programas de incentivo, marcos legales y capacitaciones varias permitieron ver el crecimiento nuevamente de la actividad: “Antes había mucha cantidad de ovejas, luego esto decreció, pero gracias a Dios desde hace unos años con el sistema de PROLANA y con la Ley Ovina se han acrecentado las majadas, cambiando la forma de trabajo también”– cuenta nuestro entrevistado, quien también forma parte del programa PROLANA, como acondicionador del producto.

La comparsa de Ruiz comienza cada temporada recorriendo vastos territorios bonaerenses, conociendo distintos establecimientos, juntando experiencias y haciendo amigos. Unas diez personas conforman este grupo de trabajo, encarando con entusiasmo este camino. El esquilador expresa: «Se espera la época de la esquila como si fuera una fiesta».

Se comparte el trabajo, cada cual tiene una función ese equipo: el playero, el juntador, el que da la lata… Luego, juntos, comparten el momento del necesario descanso. Son muchos días lejos del hogar y de la familia, trabajando codo a codo para llevar adelante la campaña.

Ruíz cuenta que a lo largo del tiempo se ha modificado la forma de trabajo, hoy enfocado principalmente en el bienestar animal: «La oveja pasa la época de mayor temperatura con una mecha más corta, sufre menos el calor, gracias a la esquila. Generalmente, se hace el trabajo en primavera aunque algunos, los menos, deciden hacerlo en la época de preparto”– indica- “Los integrantes de nuestra comparsa hacen cursos de esquila desmaneada, más dócil para el animal y para el esquilador, siempre priorizando el bienestar animal y también pensando en el trabajador”.

Como integrante capacitador del PROLANA, nuestro entrevistado señala que es imperiosa la necesidad de formar a nuevos esquiladores, debido a la escasez en la mano de obra: «Se ha perdido el oficio en algún momento, y estamos buscando formar a trabajadores que les guste esta actividad. Trabajar con el ovino es una pasión», concluye.
LOS INVITAMOS A ESCUCHAR LA NOTA COMPLETA, DONDE NOS CUENTAN SOBRE CÓMO SE REALIZA EL TRABAJO, PASO A PASO: