Cada 3 de noviembre se celebra el Día del Artista Plástico Argentino en memoria de Prilidiano Pueyrredón. Por este motivo y para homenajear a los artistas plásticos elegimos al talentoso y reconocido artista plástico, Jorge Frasca.
Nacido en Argentina en 1945, Frasca es un pintor autodidacta que supo imponer un estilo individual, plasmando los paisajes más bellos y más agrestes del país y también otras postales del mundo. Maestro de los paisajes, pintor de la tierra, del aire, del agua y la luz, en sus obras no se encuentran animales o personas sino que se destacan las construcciones erigidas en el medio natural.
“Las construcciones que pinto son la imagen de la existencia del hombre en la pampa o donde fuere. No pinto gente, no pinto a personas en mis cuadros y ni siquiera perros, aunque me gusten. Doy testimonio a través de esos lugares que han sido habitados o que lo están hoy en día, que dan una significancia de la existencia del hombre en estos lugares, sus trabajos y todo lo que ha hecho”– cuenta- “Estéticamente estos lugares representan un baluarte, algo muy interesante”.

En cuanto a cómo surge la inspiración para las obras, el reconocido pintor explica que ha sido un hombre que ha visto mucho, que hoy tiene 75 años pero que desde los treinta años o antes ha recorrido distintas partes de aquí y del mundo, viendo miles de paisajes: “Todo esto está en el corazón, en la imaginación, en esa conjunción extraña que hay entre el corazón y la cabeza. No hace falta que vuelva a ver un lugar para imaginármelo y pintarlo”.
En cuanto a la nostalgia que genera ver plasmados los espacios rurales, muchos de los que habitaron nuestros pueblos inmigrantes, Frasca expresa: “No lo tomo con nostalgia, la nostalgia surge del que lo ve y no del que lo hace. Para mí es una celebración más que nostalgia encontrar un lugar o pintar un lugar de estos. A la gente le trae recuerdos, obviamente, pero para mí el campo es una celebración y una cosa maravillosa. Hay gente que ve al campo como una llanura vacía de contenido o muy extensa; para mí es un festival de color, de luces, de sombras… Las distintas horas del día plantean diez cuadros sobre el mismo motivo entonces hay que saber eso, interpretarlo, tomarlo desde la óptica de artista. Pero yo no creo en la pintura nostálgica, no la imprimo deliberadamente en mi obra”.

Al preguntarle acerca de cómo define su obra, el artista la describe como realismo de acuerdo la opinión de los expertos aunque a la hora de autodefinirse dice: “Soy un autodidacta, pinto lo que siento”.
Con respecto a cómo se adaptó a trabajar en este marco de aislamiento social y preventivo, Frasca explica: “La cuarentena al principio fue un ahogo, estar encerrado es terrible para mí porque amo los espacios abiertos. Pero eso me duró unos días, después me puse a pintar y desde entonces lo hago. Lo capitalicé para darle más tiempo a las obras, para pensarlas. Lo que me falta ahora es la salida al campo porque si bien no salgo tanto como antes, he recorrido miles de kilómetros es esta Argentina y es un placer hacerlo”.

Este artista señala que el contexto actual es muy difícil para el arte en general y en cuanto a los artistas plásticos, para la comercialización de obras en el exterior. Por otra parte, en cuanto a este nuevo período que ha planteado una alternativa virtual para continuar trabajando, Jorge Frasca señala que no es lo mismo apreciar una obra en persona que hacerlo a través de una pantalla: «Es necesario volver a activar las manos para activar la mente», concluye.

Frasca ha sido un viajero frecuente y producto de ello ha realizado series de pinturas sobre el norte de África, Marruecos, Mali, etc. y sobre los pueblos blancos del sur de España y el norte de Italia. La obra de este artista forma parte de colecciones privadas y públicas de Argentina, Japón, Alemania, Suiza, España, Italia, Gran Bretaña, Kuwait, Arabia Saudita, Australia, Estados Unidos, etc. Desde 1980 realiza muestras individuales y colectivas en Argentina y en otros países y no autoriza que su obra participe en ningún premio y/o concurso.