Las Piedritas es un paraje ubicado en plena serranía en el partido de General Alvarado, muy próximo al límite con Balcarce y General Pueyrredón. Es un escenario pintoresco, en plena serranía, en donde el marco natural es imponente y en el que viven algunas familias abocadas al quehacer agropecuario.
Para acceder a este paraje, se debe transitar por caminos de tierra haciendo 20 km desde el paraje “El Dorado” en la ruta N.º 226, que bordea a la Laguna de La Brava. Desde Balcarce por la Ruta 77 unos 25 km (esta ruta une a Miramar) u otros tanto desde Mechongué. También desde Miramar, cabecera del Partido de Gral. Alvarado distante a poco más de 50 kilómetros, o se puede llegar desde Otamendi, cruzando la ruta 88 y siguiendo el camino empolvado.
En este paraje se fundó también, en el año 1892, la escuela primaria N.º 12, cuya construcción era en madera y chapa, única en su tipo que queda en la provincia. En la actualidad no funciona.
Desde Región Atlántica visitamos la Estancia Las Piedritas y dialogamos con su actual propietario, Oscar “Cacho” Egozcue, quien nos habló con prodigiosa memoria de la historia pasada y reciente del paraje y de la estancia, pinceladas sobre la producción, anécdotas sobre distintos momentos de la política nacional, los personajes que construyeron la historia de este lugar, su familia y su trayectoria como dirigente de la Sociedad Rural de General Alvarado:
“Nací prácticamente acá, me crie en una punta que ya no es de propiedad de Las Piedritas sino de Campomar. Allí empecé a tomar poco a poco cariño por todas las cosas del campo”, dice.
Egozcue, cuenta, sobre los orígenes de la familia en la estancia: “Acá, Pedro Luro, que ya era un poco mayor, se retiró y fue a morir a su patria, en Francia, en 1889. Al tiempo, sus descendientes fueron vendiendo parte de las tierras que él tenía.
En La Piedritas, Pedro Luro vino con su equipo de picapedreros vascos, y comenzaron a trabajar la piedra. Por eso hay un corral de piedra, que es histórico, que tiene 80 metros de diámetro, paredes altas y anchas, y que fue muy utilizado para encerrar hacienda. Después, al frente se había construido una manga, ya en tiempos de Bernardo Iraizoz, casado con Alejandrina Egozcue, antepasados nuestros”.
“El primer dueño después de Pedro Luro y que hizo todo aquí en Las Piedritas, Bernardo Iraizoz, era, en realidad, ovejero, como lo eran todos los grandes campos de la zona. Siendo ésta una zona de mucho curro, siempre me llamó cómo tenía sus grandes majadas de Lincoln donde, pensaba yo, debía dejar la mitad de la lana en los curros. Iraizoz construyó un galpón grande esquila, allá por 1890, y que aún se conserva. Todo lo que había alrededor era para las ovejas. Lo primero que construyó, pegado al galpón, fue un bañadero ovino. Después se hizo la manga de hacienda general y el bañadero para bovinos. Era un productor muy dedicado al lanar”.
Sobre el nombre de la Estancia, opina que “Evidentemente, el que le puso el nombre a la Estancia fue Bernardo Iraizoz y es que, al recorrerla, uno puede darse cuenta el por qué, ya que está lleno de piedras, el corral está hecho de piedras e incluso aún se ven algunos pedazos de paredones. La gente que trajo Pedro Luro a trabajar, conocía perfectamente el trabajo de picapedreros”.
LOS INVITAMOS A ESCUCHAR LA ENTREVISTA COMPLETA…
Antiguo banco de piedra, con la leyenda «Pedro Luro»