El pasado 5 de julio, la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca celebró su 340º aniversario. Ubicada en el Noroeste argentino, el nombre «Catamarca» es un vocablo de origen quechua y significa Castillo o Fortaleza en la Falda. Cata es falda o ladera y marca es castillo o fortaleza de la frontera.
Catamarca es característica por su belleza, sus paisajes, su gastronomía, sus artesanías y su gente, en ese maravilloso marco de «mil distintos tonos de verde». Su tradición hizo que hace 52 años se hiciera la primera Fiesta del Poncho, hoy Nacional e Internacional. Años después, en 2009, se creó el Museo de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, que tiene a su cargo Héctor Ríos. El próximo 14 de julio iniciará esta nueva edición de la fiesta, que se prolongará por 9 días, esperando el acompañamiento masivo de locales y turistas.
ESCUCHÁ LA NOTA CON HÉCTOR RÍOS:

SOBRE EL MUSEO…
El Museo de la Fiesta del Poncho exhibe la historia de la fiesta rescatando la huella de todos los que la integran: sus artesanas y artesanos, sus artistas, locutores, reinas y los pequeños artistas del Ponchito.
Es el primero en el país en estar dedicado a una fiesta popular. Fue inaugurado en 2009 y está ubicado en el ingreso del Predio Ferial Catamarca, la sede estable de la Fiesta del Poncho.
En él se cuenta, a partir de un recorrido profundamente documentado, la historia de la fiesta a través de objetos, documentos e imágenes que capturan momentos y personalidades que han pasado por el Poncho.
Sus vitrinas exhiben con orgullo ponchos y otros textiles y artesanías que alcanzaron diversos premios en ediciones anteriores de la fiesta.
Un lugar destacado dentro de la muestra lo tiene “El Poncho del Bicentenario”, una pieza textil elaborada colectivamente por artesanos catamarqueños a lo largo de las 15 jornadas que duró, en el Año del Bicentenario, la 40º edición de la Fiesta.
Con la fiesta “viva” y vigente en el corazón de todos los que la eligen cada mes de julio, el museo seguirá acrecentando su patrimonio y custodiando la historia del poncho.
Ubicación: Avenida México s/n – Predio Ferial Catamarca, San Fernando del Valle de Catamarca.
Horario: lunes a viernes de 8 a 13 hs
Entrada gratuita

ACERCA DE LA FUNDACIÓN DE SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA:
Luego de varias fundaciones en las que el pueblo había sido bautizado con diferentes nombres y trasladado a diferentes lugares de lo que hoy es la provincia de Catamarca, finalmente, el 5 de Julio de 1683, el por entonces gobernador de Tucumán, Fernando de Mendoza Mate de Luna, acompañado por Nicolás de Herrera, Fray Jacinto de Valladares y todos los cabildantes y numerosos vecinos, fundó la Ciudad de San Fernando de Valle de Catamarca.
Mate de Luna había llegado a la región del Valle de Catamarca el 30 de mayo de ese mismo año, junto a Tomás de Salas, su secretario y escribano de su Majestad. y el 16 de junio convocó a 22 de los principales vecinos de la Población del Valle (Las Chacras), para consultarlos acerca de cuál sería el mejor lugar para la ubicación de la nueva ciudad.
Si bien todos coincidieron en que se debía establecer una misma Población del Valle, como no se ponían de acuerdo en cuanto al lugar exacto donde debía levantarse, Mate de Luna eligió una zona ubicada en la otra banda del río- donde actualmente se levanta la ciudad-, por considerarlo un “paraje capaz, hermoso y seguro de toda inundación”.
El gobernador dispuso que la flamante ciudad contase con 9 cuadras de ancho por 9 de largo, con 2 cuadras para la ronda de la ciudad y 4 de leguas para los ejidos. Además, dispuso una Sala de Cabildos, archivo, y una cárcel con calabozos. Sin embargo, los lugareños no se trasladaron a los solares de la nueva ciudad, hasta pasados muchos años.
Primeros habitantes y fundaciones de San Fernando del Valle de Catamarca
Los primeros habitantes de la zona fueron los indios diaguitas, quienes poblaron el actual territorio de la provincia de Catamarca, en tanto que, entre los siglos XVI y XVII se fundaron varias ciudades en toda América, principalmente en la zona del noroeste argentino que persiguieron determinados objetivos planteados por los conquistadores españoles, como el de garantizar el dominio de la zona.
De esa manera, se iniciaron las fundaciones que desencadenaron una serie de ataques contra los habitantes del lugar que se resistían a la subordinación por parte de los colonizadores españoles.
En junio de 1558, el capitán Juan Pérez de Zurita fundó la ciudad de Londres de la Nueva Inglaterra en el valle de Quinmivi y, cuando en 1561 fue reemplazado por Gregorio de Castañeda al frente del gobierno general de Santiago del Estero- por entonces subordinada a la Capitanía General de Chile-, ordenó trasladar la ciudad de Londres al Valle de Conando, rebautizándola Villagra.
Si bien en 1607 el teniente de gobernador riojano Gaspar Doncel fundó la ciudad de San Juan Bautista de la Ribera, cinco años más tarde, ante las permanentes crecidas del río Famayfil los lugareños le solicitaron al por entonces gobernador de Tucumán, Luis de Quiñones Osorio, que volviera a trasladar la ciudad a una zona más segura. Así, se fundó San Juan Bautista de la Paz, con lo cual la ciudad regresó al lugar de su primera fundación.
El pueblo continuó en calma hasta que en 1603 tuvieron lugar las Guerras Calchaquíes, con el cacique Juan Chalimín como líder, que destruyeron la ciudad, por lo que el 15 de septiembre de 1633, Jerónimo Luis II de Cabrera y Garay fundó San Juan Bautista de la Ribera de Pomán, siendo ésta la quinta fundación de la ciudad de Londres.
Pero como el lugar era constantemente atacado por los nativos y en la zona del Valle Viejo existía un pueblo floreciente que era posta entre las provincias de Santiago del Estero y Tucumán en su comunicación con La Rioja, en 1679, los vecinos nuevamente pidieron su traslado.
