Ricardo “Ricky” Massola es un ingeniero agrónomo de 31 años, oriundo de Pehuajó, pero desde hace varios años reside en el exterior. Ligado desde muy pequeño al campo y siguiendo los pasos de sus padres y sus abuelos, participó en Argentina en incontables jineteadas demostrando su destreza y siguió la carrera de Agronomía en la UBA. Así, poco a poco, supo abrirse camino haciendo lo que más le gustaba y pudo llegar muy lejos. Actualmente está establecido en Rockhampton, Queensland, Australia, trabaja en el mercado de hacienda local que está situado a unos 15 minutos del centro urbano y, además, es una figura destacada en el rodeo.
HABLANDO DE MERCADOS EL MUNDO
En cuanto a su trabajo en el mercado, él describe que, si bien “tiene muchas cosas en común con un mercado de Argentina, opera un poco diferente en la organización y la macro organización. Acá operamos una vez a la semana, el mercado de hacienda opera todos los días de la semana, pero cambia el punto”. Massola, en este sentido, agrega que ellos operan el día miércoles, pero que la actividad se mantiene durante toda la semana en este mercado regional: “Esta es la modalidad y cada región tiene su indicador de precios. Se realiza un promedio general sobre los promedios de los mercados regionales”.

El mercado de Rockhampton tiene una extensión de 80 hectáreas y se subastan semanalmente unas 3500 cabezas de ganado. Con respecto a cómo se realiza la venta en este lugar, Ricardo nos ilustra: “Es exactamente igual a Liniers: la hacienda ingresa normalmente, se apartan, se arman las tropas lo más prolijamente posible y se ordena dentro de los corrales. Después, cada gente, lo que sería cada consignatario, remata sus corrales”.

En relación al tipo de hacienda, razas y categorías que se comercializan, Massola expresa que “las razas británicas están presentes, pero sobre todo en cruzas, mientras que en realidad predominan más las razas tropicales”.
En otros aspectos a tener en cuenta, como lo son aquellos relacionados a la producción de la hacienda, el ingeniero explica que “Para un animal bien terminado, acá, estamos hablando de unos 600 kilos. Para dar una idea, en los feedlot lo más buscado son los animales diente de leche y que estén entre 400 y 500 kilos. Ese es el kilaje con el que se lo encierra al animal, se les da generalmente a distintas categorías, pero la gran mayoría se le da de comer arriba de cien días y se termina el animal llevándolo de 500 a 600 kilos. Vacas fuleras no hay, no se comercializa por una cuestión de bienestar animal”.
Teniendo en cuenta el escenario que se vive en nuestro país y haciendo una comparación con lo que sucede en Australia, al consultar sobre el consumo australiano y cómo se regula lo que sÍ se exporta, Massola opinó que “es bastante diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en Argentina, es una picardía lo que se vuelve hacer con las exportaciones en Argentina. Todo aquel que tiene un poco de idea entiende que los mercados se acomodan solos, eso pasa en todas partes del mundo y especialmente en los alimentos. Todo el mundo sabe que gran parte de lo que se exportaba de Argentina es lo que no consume. Lo hicimos hace menos de una década y sabemos qué es lo que pasa, se retiran varios jugadores del mercado, disminuye la producción, en el mediano plazo los precios no bajan sino suben, y en el medio un montón de empleo y riqueza para distribuir en la comunidad van quedando en el camino. Australia, por su parte, tiene una rotación aproximada de entre 7 y 8 millones de cabezas, vale aclarar que el stock nacional en años normales es de entre 24 y 25 millones de cabezas. De eso, un setenta por ciento de la carne vacuna se exporta y el resto queda para consumo interno. El australiano consume alrededor de 25 kilos de carne vacuna por habitante por años, mientras que en Argentina estos números están casi en el doble. Lo que sucede es que acá se consumen otras carnes”.
RICARDO Y SU PASIÓN POR EL RODEO
“El ser humano es fruto de su contexto”, así lo resume Ricky Massola cuando habla de sus orígenes y de su amor por el campo. “Mis abuelos son del campo, mi padre trabajó toda la vida en el campo y mi madre es Licenciada en Administración Rural, y es el contexto lo que me llevó hacer lo que hago. El tema de los caballos viene de mi padre que es un fuerte apasionado de este tema”.

En cuanto a sus comienzos en el rodeo australiano, Massola cuenta que al principio le llamaba la atención la vestimenta y la cultura nueva hasta que, una vez que fue transitando el camino, se fue acostumbrando: “Nunca creí que iba a continuar este deporte acá. Siempre digo que la jineteada es un deporte que, si uno decide hacerlo, debe hacerlo seriamente y a fondo. Cuando llegué acá necesité socializar porque me encontraba muy solo y me metí a investigar el mundo de los rodeos. Así fue como me costeé mi primer rodeo y fiel a mi pensamiento, decidí hacerlo seriamente, y así es que hace cinco años que estoy en esto”.

Massola cuenta que las fiestas con jineteadas son comunes tanto en Argentina como en Australia. No obstante, a diferencia de las jineteadas argentinas con crina, gurupa o basto y encimeras, donde el montador hace corcovear al caballo, en el rodeo americano o australiano el animal lleva una cincha en las verijas y el jinete va agarrado solamente de una soga atada al bozal y con la mano libre en el aire, sin castigar con el rebenque, tratando de no caer.

La adaptación llegó y nuevos aprendizajes vinieron también. Fiel a su palabra, Ricky Massola decidió ser un profesional del rodeo y poco a poco fue escalando posiciones, llegando a las finales en los campeonatos nacionales de este deporte. En 2019, quedó en octavo lugar en estas competencias nacionales y progresivamente ha ido mejorando su performance. Actualmente se encuentra muy cerca de volver a ingresar a estas instancias mayores del rodeo.


