Durante el mes de septiembre de 2019 dialogamos con Mario Blanco, vecino y entonces delegado municipal. Él cuenta en esta entrevista que de alguna manera los tiempos han cambiado y se ha modificado la forma de vida en lugares como Roosevelt: “En estos pueblos chicos donde hay problemas de acceso, la gente comienza a irse hacia sitios más poblados y de a poco se va perdiendo la población propia. Lo mismo sucede con los campos de la zona, donde hay pocas estancias y varias chacras chicas que por distintos motivos o por el avance de la soja han ido abandonando la ganadería y también se van quedando sin gente porque las cosechas se cuidan solas”.
Las tierras donde se fundó Roosevelt pertenecían a Marcelino Cabrera, un productor grande de la zona, y se tomó como fecha fundacional el día en que llegó el primer tren, el 5 de diciembre de 1913: “Era el Ferrocarril Provincial, el famoso “trocha angosta” como se lo llamaba, que cubría desde La Plata pasando por Avellaneda y llegaba hasta Mira Pampa (otro pueblito que está a 8 Km. de Roosevelt y que tiene límite con La Pampa), que era la punta de riel. Según cuenta la historia se habría impulsado la llegada del tren porque en la zona ya había colonos instalados, seguramente entre ellos Marcelino Cabrera”, señala Blanco.
Aquí podés escuchar la entrevista:
El tiempo transcurrió y en esta zona netamente agrícola hace años que el tren no pasa. Sus últimos paseos datan de la década del `60. Después, las vías se fueron levantando y el camino quedó abierto para tránsito corriente, convirtiéndose en la calle principal. Hoy la estación está en manos privadas, un ex ferroviario con su familia la habitan desde hace tiempo.
El pueblo cuenta actualmente con la sala de primeros auxilios donde también funciona un hogar de abuelos y una cooperativa eléctrica que recibe energía eléctrica desde La Pampa: “A partir de inundaciones que hubo acá en el año ochenta y pico, la línea que nos unía a Fortín Olavarría quedó bajo agua y a partir de ese momento recibimos energía de Quemú Quemú”.
La conectividad parece ser lo que más se complica en este sitio porque la falta de asfalto limita el tránsito de nativos y visitantes en determinadas épocas del año. La comunicaciones por teléfono también se dificultan: “Pese a tener dos antenas de celulares tenemos que andar subiendo a las alturas para agarrar señal y el servicio de internet tampoco es bueno. Sí hay teléfonos fijos desde hace más de treinta años”, cuenta el delegado.
Siguiendo con la descripción de los servicios, el agua llega al pueblo a través de una estación de bombeo que está en las afueras, pero luego de quince años los pozos se han ido desmejorando. Según el relato de nuestro entrevistado, la mayoría de la población compra agua en bidones para el consumo. El gas, por su parte, se provee a través de garrafas mientras que solo algunos tienen zeppelín.
Cabe destacar que aunque el desarrollo aún no ha llegado a esta localidad, la tranquilidad se convierte en su principal capital. Los niños pueden jugar tranquilos y hacer su escolaridad en el pueblo, que cuenta con el Nivel Inicial, el Nivel Primario y el Nivel Secundario. Mario Blanco cuenta que “afortunadamente, este año (2019), gracias a un presupuesto participativo implementado por la municipalidad desde hace un tiempo, en el que las instituciones presentan un proyecto y que después el pueblo vota, se logró hacer un albergue municipal compartido con Consejo Escolar. Allí se traen chicos de la zona rural que tienen problemas de movilidad, del nivel secundario por ahora, se los busca en una combi el lunes a la mañana, se quedan toda la semana en el albergue de manera gratuita, Consejo Escolar se hace cargo de la alimentación y de la gente que los cuida y el viernes a la tarde, cuando salen de la escuela, son devueltos a sus hogares. Con esto apuntamos a mantener la matrícula de las escuelas”.
Las fechas de encuentro y festejo para Roosevelt se concentran en tres momentos claves del año: los carnavales de Rivadavia, que se hacen una semana en cada pueblo y que culminan en la ciudad cabecera; la cabalgata, que se hace a fines de septiembre por todo el distrito pasando por Sansinena, González Moreno, Roosevelt, Fortín Olavarría y finalmente en América, el día 30 de septiembre, coincidentemente con el aniversario del Partido de Rivadavia. Es un recorrido de unos 200 Km, donde en cada pueblo se comparte un fogón criollo. El calendario se cierra en diciembre, con el aniversario del pueblo, donde siempre hay lugar para la celebración.
El encuentro diario, por su parte, se hace en la cantina del Club Social y Deportivo Unión. Mario Blanco nos cuenta que es donde la gente va a compartir y a tomar algo, que los viernes es día de asado y guitarreada y que es el lugar de “la previa” de los jóvenes antes de ir a los boliches de la zona.
Así, amena y tranquila es la vida en Roosevelt, un lugar con encanto que vale la pena conocer.