El edificio está situado en una antigua estancia, propiedad de Eduardo Clausz, quien en 1976 tuvo la gran idea de donar tierras para promover la educación. En sus 150 hectáreas, la escuela cuenta actualmente con una buena estructura edilicia, con conectividad disponible a través de fibra óptica, televisión a través de señal satelital, luz eléctrica, servicio de comedor, transporte propio y gas envasado en toda la institución, distribuido en cinco calderas que mantienen confortables los espacios utilizados por los alumnos y docentes. Es una escuela pública, que depende del Ministerio de Educación y Cultura de la Provincia de Buenos Aires, y que tiene una cooperadora anual de costo simbólico para solventar pequeños gastos.
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Luis Demarchi, Director del establecimiento y ex alumno del mismo nos habló acerca de la enseñanza que se ofrece: “Los alumnos participan con otras instituciones de articulaciones formativas, como por ejemplo en actividades artísticas. También intervienen en diferentes cursos de capacitación que se suman a los aprendizajes que tienen por currículum en la escuela tales como apicultura, manipulación de alimentos, manejo de rodeo en cerdos, etc. También trabajamos con la Universidad de Luján a través del Programa Nexos destinado a preparar a alumnos del último año para que puedan ingresar a dichos estudios terciarios con una formación más sólida. Las salidas educativas a fábricas, empresas, tambos y campos de la zona también forman parte del trayecto formativo dando la posibilidad de conocer maquinarias que no están disponibles en la escuela y donde los alumnos del último año pueden transitar sus prácticas profesionalizantes en situaciones reales de trabajo, favorecidos por el espacio que le dan las empresas. Quienes egresan de esta escuela se reciben de Técnicos Agropecuarios con Orientación en Agroalimentos y nuestro objetivo general es que ellos puedan darle valor agregado a la materia prima”.
Los jóvenes que asisten provienen principalmente de los campos, estancia y tambos de la zona por lo que ya cuentan con cierta familiaridad con el entorno. Allí desarrollan su trayecto formativo en huerta, granja, vivero, cría de cerdos, tambo y salas de industria láctea en donde se elaboran variedades de quesos que se consumen en el comedor y cuyo excedente es comercializado. En este sentido, Demarchi resaltó: “Tenemos un tambo modelo con una máquina novedosa, por sistema satelital y mediante la cual se tiene un seguimiento total del animal desde que ingresa hasta que se va de modo que permite detectar enfermedades utilizando tecnología moderna. Desde hace tres años tenemos la suerte de tener esta maquinaria que es prácticamente escasa en la Provincia y cuya importancia pedagógica deriva en que el alumno pueda capacitarse con tecnología adecuada que sabrá manejar al egresar de nuestra escuela.”.
Segunda parte de la entrevista en la radio: