Este fenómeno afectó gravemente la actividad agropecuaria en regiones como Caleu Caleu y Lihuel Calel, y provocó la muerte de unos 5400 animales y la venta forzada de alrededor de 100 mil cabezas vacunas, según reportó la Asociación Rural del Sur Pampeano (ARSP).
Sobre este preocupante panorama dialogamos con Antonia Ochandorena, presidente de la mencionada entidad. “Son 40 productores rurales los que dejaron la actividad”, informó, destacando el irreversible impacto de la sequía en la comunidad agrícola. Muchas vacas murieron y otras fueron vendidas a muy bajo precio.:
“En el primer trimestre del 2023 esas precipitaciones alcanzaron por entonces 150 mm, mientras que en diciembre pasado volvió a caer la misma cantidad de agua, que no fue suficiente para la recuperación de los perfiles; en total se acumularon solo 300 mm. El régimen de lluvias normales en esa región es de 650 o 700 mm al año, por lo que esto derivó en falta de pasturas, el alimento para la hacienda”, explicó Ochandorena.
La productora graficó que, “como medida paliativa, los productores han tenido que vender las vacas viejas, madres y los toros para que quede la menor hacienda posible para dar de comer”. Además, el destete anticipado y la alimentación complementaria resultaron medidas insuficientes para paliar la crisis en la zona de Río Colorado-La Adela, ciudades que se extienden entre las provincias de Río Negro y La Pampa.